Sociedad

Encarcelada una niña deficiente por quemar páginas del Corán

  • Los padres de la menor paquistaní han huido de su casa por miedo a las represalias

Las autoridades paquistaníes revelaron ayer que la niña cristiana acusada de blasfemia el pasado viernes está detenida en una cárcel común mientras su familia ha huido por miedo a represalias de integristas musulmanes.

Rimsha Masih, de aproximadamente 13 años y al parecer con síndrome de Down, se encuentra interna en un módulo de prisión preventiva para adultos en la cárcel de Adiala, en la ciudad de Rawalpindi, vecina a Islamabad.

"De momento el tribunal no ha dicho nada sobre la denuncia que pesa sobre ella, así que permanecerá aquí hasta nueva orden", dijo a Efe un funcionario del centro penitenciario, Arsalan Ahmed.

Rimsha fue acusada de blasfemia en un incidente aún por aclarar pero que presenta muchas similitudes con otros casos de presunta blasfemia en Pakistán, en el que no hay pruebas materiales y todo se basa en testimonios.

Según diversas versiones, la niña salió a buscar papel para usar como combustible en su hogar y recogió por error unos escritos con versos del Corán, concretamente del Qaida Nurani, un método para aprender a leer el libro sagrado musulmán.

"Nadie en su sano juicio quemaría un texto sagrado, y mucho menos un cristiano. Saben bien las consecuencias de un acto así", afirmó a Efe la presidenta de la Comisión de Derechos Humanos de Pakistán, Zohra Yusuf.

"No es una niña, sino una joven", argumentó sobre la detención de la menor un agente de Policía de una comisaría de Islamabad, Liaqat Alí, quien confirmó el encarcelamiento.

Rimsha será examinada por médicos tras la festividad musulmana de Eid (que se celebra en Pakistán hasta hoy) para determinar si hay alguna discapacidad mental, aunque no hay garantía de que sea excarcelada.

"No debería estar en ningún caso en prisión, es una menor y la legislación paquistaní prohíbe bajo cualquier circunstancia el encarcelamiento de menores de 16 años. Deberían protegerla tanto a ella como al resto de su familia", exigió Yusuf.

Hay muchos casos de acusados de blasfemia en los que los acusados son agredidos y hasta asesinados por radicales en prisión o en los juzgados, que a menudo se inhiben y dilatan los procesos para evitar la ira de los integristas contra los miembros del tribunal.

El pasado julio un hombre murió al este del país linchado por una multitud que quemó su cuerpo tras asaltar la comisaría de Policía donde estaba detenido por un supuesto delito de blasfemia.

Los familiares de los acusados también suelen sufrir las represalias por el supuesto delito religioso, razón por la que la familia de Rimsha huyó de su domicilio en el suburbio capitalino de Mehrabadi, según recogen medios locales.

El agente Liaqat Alí afirmó que otras familias cristianas de la zona también han abandonado sus casas, extremo confirmado por Zohra Yusuf.

Las acusaciones por blasfemia esconden en ocasiones venganzas personales por rencillas de vecinos o intereses espurios, como algunas organizaciones de derechos humanos sugieren .

Según Yusuf, hay fuentes que afirman que hay presiones sobre la comunidad cristiana de Mehrabadi para que abandone los terrenos que ocupan -muchas "colonias" cristianas se asientan de forma irregular en terrenos baldíos- para su posible aprovechamiento comercial.

Las reacciones por el caso de Rimsha no se hicieron esperar y han llegado hasta el presidente, Asif Ali Zardari, quien aseguró el sábado mediante un portavoz que nadie puede usar la ley contra la blasfemia para solucionar trifulcas personales.

La portavoz del Departamento de Estado de EEUU, Victoria Nuland, calificó ayer el incidente como "muy inquietante" y pidió al Gobierno de Islamabad protección "no sólo para las minorías religiosas, sino también para sus mujeres y niñas".

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