ANIVERSARIO | DARWIN HOY

José Luis Gómez Skarmeta: Los estudios actuales apoyan el evolucionismo

Darwin ignoraba por completo las leyes de la Genética. No obstante, su capacidad observadora le permitió realizar una labor precisa de integración de los cambios que detectó en los organismos y fósiles que pudo examinar en sus viajes alrededor del mundo a bordo del H.M.S. Beagle. Esta técnica le permitió desarrollar su teoría evolutiva, basada en la selección natural, la supervivencia del más fuerte.

"Los datos que hoy se manejan indican, claramente, que sus pronósticos eran ciertos; todos los mecanismos, en gran medida, se comparten en todas las especies, lo que indica un origen común, esto es que los organismos no se reinventan cada vez en cada especie sino que se han usado una vez y los genes a partir de un punto del desarrollo se han combinado de diferentes maneras originando distintos especímenes", asegura José Luis Gómez Skarmeta, experto en Genómica e investigador principal del Centro Andaluz de Biología del Desarrollo (CABD), un instituto del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).

Los genetistas piensan que la variación en la secuencia de los genes (ejecutores de los procesos) ha influido en la evolución de las especies pero, sobre todo, lo que ha intervenido en ella ha sido la modificación en las órdenes que indican cómo y cuando esos genes deben expresarse (actuar). Estas alteraciones se convierten en cambios físicos.

Un ejemplo esclarecedor de cómo los cambios en el ADN afectan a la morfología de los individuos y promueven un avance evolutivo es el de la formación de los dedos. Se pasó de los peces, cuyas aletas presentan una estructura precursora de estos apéndices, a los tetrápodos como el ratón, para quienes los dígitos son esenciales.

En el cambio fue definitiva la actuación de los genes Hox. Estos se expresan débil y transitoriamente en la formación de las aletas de los peces y de una manera fuerte y continua en la región donde se forman los dedos en los tetrápodos. "Se sabe que en el ratón hay dos regiones del genoma con elementos reguladores que activan los genes Hox. Una está en todos los vertebrados, posiblemente es responsable de su expresión en peces, y la otra es específica del ratón", explica Gómez Skarmeta. "Sabemos que tuvo que aparecer espontáneamente un nuevo elemento regulador que disparó el nivel de expresión de los genes Hox y permitió la formación de los dedos".

El grupo de investigación de este experto intenta comprobar si la maquinaria para activar el gen estaba ya presente y sólo le faltaba un impulso; para ello, han "creado un pez cebra transgénico y hemos visto que dicho regulador del ratón utiliza esta expresión de una manera equivalente en la aleta, lo que confirma que el gen tenía todos los requisitos para que se produjese el cambio y apareció, de manera espontánea, un fragmento de ADN con la información necesaria para activar a altos niveles los genes Hox formando patas", concluye.

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