Sociedad

Controlan los incendios que azotan Valencia y el Algarve

  • Los vecinos vuelven a sus casas tras haber sido arrasadas 3.000 hectáreas en Levante y 20.000 en Portugal

Un efectivo de la UME, durante los trabajos de extinción ayer en Llutxent.

Un efectivo de la UME, durante los trabajos de extinción ayer en Llutxent. / Luismi Ortiz / Efe

Los incendios forestales de Llutxent (Valencia), que se iniciaron el lunes y ha arrasado más de 3.000 hectáreas de seis municipios de la provincia de Valencia, y el desatado en el Algarve (sur de Portugal), el pasado viernes y que ha quemado 20.000 hectáreas, se estabilizaron ayer al disminuir la intensidad de los frentes del fuego.

Los municipios valencianos afectados son Gandía, Llutxent, Pinet, Ador, Barx y Quatretonda, y los 2.600 vecinos evacuados empezaron ayer a regresar a sus casas.

36 Heridos. Los causados por las llamas en el Algarve, mientras 2.600 eran evacuados en Llutxent

El director general de Emergencias, José María Ángel, explicó tras la reunión del Centro de Coordinación Operativa Integrada (Cecopi), que el incendio estaba perimetrado y estabilizado, aunque se preveía viento de poniente que podría provocar "pequeños conatos".

Esta mejora de la situación ha permitido el regreso a sus casas, de forma ordenada, de los vecinos que fueron evacuados en las urbanizaciones de La Drova, en Barx (Valencia), y de la Ermita de Marxuquera, en Gandía, así como en Pinet, una de las localidades más afectadas, con el 70% de su término municipal calcinado.

Los vecinos de Pinet (un total de 110) que fueron desalojados el martes, regresaron ayer a su municipio tristes por el paisaje desolador que ha dejado el fuego pero aliviados porque ni sus casas ni animales han sufrido daños. "Lo hemos pasado muy mal, estos días han sido fatales para nosotros", dice José Mahiques, bombero jubilado, quien entre lágrimas relató a Efe que el día de la evacuación se marcharon "como en las películas, todo el mundo iba corriendo y el pueblo se quedó desierto".

El incendio del Algarve alcanza por su parte un perímetro de 100 kilómetros y continúa generando preocupación entre los residentes de la zona. Tras una complicada noche en los municipios de Monchique y Silves, los más afectados por las llamas, los bomberos lucharon ahora contra puntos calientes que "ya no se pueden calificar como frentes", expuso en rueda de prensa la portavoz de la Autoridad Nacional de Protección Civil (ANPC) lusa, Patrícia Gaspar.

Más de 1.400 bomberos, con 466 vehículos y quince aviones, intentaban ayer consolidar la zona.

A causa de las llamas, en Monchique y Silves tuvieron que cortarse algunos tramos de carretera. También se incrementó el número de vecinos evacuados de forma preventiva, que ascendieron a 299 durante la noche, la mayoría de los cuales ya ha regresado a sus casas.

Según el último balance oficial, hay 36 heridos, todos leves salvo una mujer de 72 años con quemaduras graves que tuvo que ser trasladada a Lisboa.

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