Sociedad

Borrelia, la bacteria que transmiten las garrapatas e incapacita a miles de personas

Varias garrapatas en una muestra de un laboratorio

Varias garrapatas en una muestra de un laboratorio / EFE

Con el buen tiempo pasamos más tiempo fuera que dentro de casa y las zonas con árboles y sombra son, especialmente en verano, las grandes aliadas para paliar un poco el calor asfixiante de la época estival. Sin embargo, se ha de tener cuidado con los insectos u otros pequeños animales, que pueden llegar a arruinarnos la salida.

Las garrapatas, en concreto las garrapatas del venado o garrapatas de patas negras, pueden portar la bacteria Borrelia, que es la causante de la enfermedad de Lyme y se transmite a los humanos mediante su picadura. Esta enfermedad, que es en realidad una infección bacteriana, puede afectar al sistema nervioso, las articulaciones y la piel e incluso al corazón del paciente.

Si se sufre una picadura de garrapata es importante que se retire completamente la misma del cuerpo, siempre teniendo cuidado de que su cabeza no haya quedado dentro de la piel y desinfectando la zona posteriormente. De no conseguirlo, es importante acudir al médico para que se retire correctamente el ácaro y, de ser necesario, se prescriba el tratamiento adecuado.

Síntomas de haber contraído Borrelia

Si se ha estado en una zona con árboles y hierba en la que puede haber garrapatas, es importante revisar la ropa y calzado cada cierto tiempo para retirarlas a tiempo y evitar en lo posible que se queden adheridas a la piel. Se ha de revisar también que no se hayan producido picaduras. En ocasiones estas pasan desapercibidas al paciente, por lo que es importante saber reconocer los posibles síntomas, que pueden aparecer entre 3 y 30 días después del encuentro con la garrapata.

Como recogen desde el Departamento de Salud del Estado de Nueva York, en la primera fase de la transmisión de la bacteria la sintomatología es la siguiente: fiebre y escalofríos, dolor de cabeza, fatiga, dolor en las articulaciones o músculos, rigidez en el cuello y también hinchazón de los nódulos linfáticos.

En fases más avanzadas los síntomas pueden ser: fatiga intensa, dolor en las articulaciones y cuello, hormigueo en brazos y piernas o parálisis facial. En casos más graves, la enfermedad de Lyme puede producir artritis, cardiopatías y problemas en el sistema nervioso. Por ello, es importante saber reconocer los posibles síntomas y poder acudir a los servicios sanitarios en sus primeras fases, cuando hay una mayor posibilidad de recuperación total del paciente.

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