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Polémica

Sorpresa en Arcos por las filtraciones de Villarejo sobre la térmica

  • La ex concejal de IU, Arantxa Azcúnaga, dice que es una "vergüenza" el supuesto espionaje

Una de las protestas contra el proyecto.

Una de las protestas contra el proyecto.

“Es una vergüenza. Lo único que me queda es el orgullo de que un personaje tan deleznable como Villarejo tenga que decir que no encontró nada sobre mi persona, mi vida privada, la de mi familia y la de mi marido”. Son las palabras de la ex concejal de IU en Arcos Arantxa Azcúnaga, que se ha pronunciado sobre el supuesto espionaje que sufrieron ella y también la entonces alcaldesa, Pepa Caro, del PSOE, por el ex comisario Villarejo, según El Confidencial, cuando se proyectaba la central térmica en la localidad serrana.

La información de este periódico digital sobre la investigación del ex comisario policial Villarejo, a cargo supuestamente de la multinacional Iberdrola, para vigilar el movimiento de oposición política y vecinal contra la térmica en Arcos deparó más de una sorpresa en la localidad tras el revuelo mediático a nivel nacional.

Arantxa Azcúnaga, que fue objeto de espionaje, según estas informaciones, era en 2004 la delegada municipal de Urbanismo en Arcos gracias a un pacto con el PSOE. Ambas formaciones se personaron como Ayuntamiento en los tribunales para intentar frenar la licencia que la eléctrica tenía. La edil fue una de las grandes opositoras, junto a la plataforma ciudadana No a la Térmica, al proyecto que la eléctrica quería levantar en la localidad.

“Creía que este era un país donde su policía utilizaba los medios para otras cosas y no para espiar a ciudadanos, y a una plataforma vecinal, a gente de un pueblo de menos de 30.000 habitantes. Me ha parecido una auténtica vergüenza. Sorprende que estas cosas le acaben pasando a una persona, en mi caso, totalmente ajena a estas conspiraciones cuando estábamos reclamando un derecho legítimo al oponernos a un proyecto que nos parecía malo para nuestra ciudad. Evidentemente no han llegado los beneficios que se dijo que llegarían a este pueblo con esta industria”, critica.

En su día, algunos integrantes de la plataforma ciudadana tenían sus sospechas de que “alguien se podía chivar” de las acciones de protestas que planificaban, señala la ex edil, que en la actualidad está retirada de la política activa. El pacto de gobierno no se rompió por la térmica sino “por nuestro intento de racionalizar el empleo público del Ayuntamiento en ese momento”, precisa. Sobre el PSOE, que primero dijo no a la térmica y después se posicionó, otorgando la Junta las licencias ambientales, añade: “Se apuntó al carro del no en las elecciones de entonces y después empezó a recular. Hubo cambios, sobre todo en el PSOE autonómico, y ellos sabrán las razones que hubo para ese giro”, zanja.

Fuentes del PSOE de Arcos “no dan credibilidad” a esta supuesta trama y añaden que se recurrió la licencia que en su día otorgó el PP y que entonces el juez lo desestimó.

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