San Antonio y sus 'armaos' escribieron ayer otra página de la Semana Santa de Arcos. El Martes Santo no se entiende en Arcos sin la salida procesional de San Antonio, la popular hermandad que desfila cada año acompañada de los singulares 'armaos', una formación de hombres ataviados con ropas romanas que simulan la guardia pretoriana.

Y esta vez, San Antonio se quitó la espinita del pasado año cuando la lluvia obligó a la hermandad a quedarse en capilla, dejando sin consuelo a hermanos y vecinos del pueblo. Pero ayer, las puertas de San Francisco se abrieron de par en par para que la Hermandad de Nuestro Señor Atado a la columna, María Santísima de la Paz, San Juan Evangelista y Vulgo de San Antonio cumpliera con su acto de penitencia en medio del fervor de cientos de personas. Por fin, la organización iba a tener la oportunidad de estrenar en la calle el nuevo canasto del paso de misterio, lo que ha supuesto un esfuerzo importante para esta hermandad.

Hay que destacar que el hermano honorario de esta hermandad, San Antonio -que abre cada año la comitiva- lucía sus tradicionales rosas blancas mientras que el Señor Atado a la columna llevaba claveles granate; el paso de la Virgen iba con exorno a base de orquídeas y flores de cera.

El acompañamiento musical estuvo en manos de la banda de Nuestra Señora de la Victoria, de la localidad del Arahal.