La Plaza del Socorro de Olvera debería haber estado repleta este Lunes Santo de fieles y curiosos esperando disfrutar de la salida procesional de la Hermandad de Nuestro Padre Jesús Cautivo, Nuestra Señora del Socorro y San Manuel González García, que desfilaría por algunas de las calles más angostas del Conjunto Histórico Artístico de Olvera. Ésta marcaría el inicio de las celebraciones penitenciales de las hermandades olvereñas, tras la salida de La Borriquita el Domingo de Ramos.

Sin embargo, la Plaza estaba vacía. La crisis por la pandemia global del coronavirus había obligado a cancelar todos los actos y celebraciones previstos durante la Semana Santa, y en Olvera, como en el resto de localidades españolas, las hermandades y asociaciones de fieles han tenido que quedarse en casa.

Un hecho sin precedentes que el Ayuntamiento de Olvera no ha querido dejar pasar por alto, lanzando una campaña de reconocimiento y apoyo a estas congregaciones. Entre las medidas adoptadas, hacer llegar mensajes en formato vídeo en los que los concejales del Equipo de Gobierno expresan palabras de reconocimiento y ánimo a los hermanos y les motivan a trabajar unidos “para que el año que viene todos podamos volver a disfrutar de calles llenas de fieles e incienso”, como exponía Remedios Palma, concejala-delegada de Planificación Estratégica, en el vídeo dirigido a los hermanos de la Hermandad del Cautivo. La edil aprovechaba la oportunidad en el día de ayer para “dar fuerzas para llevar a cabo una de las más hermosas tradiciones que nos significan, no solo a nivel local“. Estos vídeos serán enviados a las congregaciones locales en los días en que deberían salir en procesión.

Asimismo, desde el Ayuntamiento se hará entrega de un ramo de flores en nombre de toda la ciudadanía olvereña a estas Hermandades y Asociaciones de fieles. La tarea será llevada a cabo por la caravana de sanitarios y cuerpos de seguridad que cada día recorren las calles de la localidad a las 20:00 horas, entregando este obsequio a los hermanos mayores en las puertas de cada Casa Hermandad o Iglesia sede de las mismas en los días en que debían desarrollarse sus desfiles procesionales.