Rafael Aguilera (IU) | Alcalde de Alcalá del Valle

“Llevamos 30 años luchando por la carretera y no aguantamos más”

  • En plena campaña del espárrago, los camiones se niegan a subir para exportarlos por el estado de la vía de Lora. Un vecino, con un vehículo frigorífico, se ha ofrecido a llevar la carga hasta Granada, desde donde se hace la distribución

El alcalde de Alcalá del Valle, Rafael Aguilera.

El alcalde de Alcalá del Valle, Rafael Aguilera. / D.C.

Rafael Aguilera (IU) no lleva ni un año como regidor de Alcalá del Valle y ya lidera dos luchas vecinales en este pueblo: el desdoble de la carretera de Lora, siguiendo la estela de la Corporación anterior y el cierre de las casas de apuestas. El que fuera el presidente de la cooperativa Los Europeos, durante seis años, gobierna con mayoría absoluta.

–Llevan años reclamando el desdoble de la carretera de Lora, que es un peligro por la estrechez y las curvas del trazado, y frena, dicen, el desarrollo del pueblo ¿Cómo está el proceso?

–Las obras se quedaron paradas por problemas en el terreno. Se hizo un nuevo proyecto, que tiene un aumento de cuatro millones, con lo que el presupuesto pasa de 7 a 11 millones. La plataforma ciudadana y el Ayuntamiento han tenido numerosas visitas con la Junta de Andalucía y se acordó plazos que se están incumpliendo. Por eso Alcalá del Valle se ha puesto en pie, porque esa carretera entraña un peligro, un aislamiento económico con respeto a la Sierra porque no podemos desarrollar el turismo y sobre todo, porque peligra la fuente de ingresos más importante, que es la producción de nuestro espárrago verde. Ahora mismo estamos en plena campaña y los camiones se han negado a subir a recogerlos a la cooperativa Los Europeos por el estado de la carretera. A parte de que esa vía es un peligro para los vecinos, entraña un aislamiento para el pueblo de poder seguir creciendo en cualquier otro tejido económico y también es un freno para esta producción de espárragos, que nosotros hemos tenido la capacidad de autogenerar con medios propios. Sembramos, los cogemos, los manipulamos y los exportamos. Lo hacemos todo, desde el campo a la mesa. Es una inversión valiente que han hecho los vecinos para generar empleo, con 100 mujeres trabajando en la cooperativa, donde las administraciones no han intervenido. Es una cadena que ha sido subvencionada por el Ayuntamiento dando garras a los agricultores, poniendo cámaras frigoríficas o condonando licencias. Y con una cooperativa que tuvo la iniciativa de la búsqueda de tierras, más de 300 hectáreas, para ponerlas al servicio de los ciudadanos. Y ahora resulta que lo único que las administraciones tienen que hacer, la mejora en las comunicaciones, no lo hacen. La Junta de Andalucía como responsable es un freno ahora mismo para el desarrollo económico del pueblo.

–¿Cuánto exportan de espárragos verdes?

–Vamos creciendo. Hay producciones que tienen dos años. Estamos entre los 800.000 y un millón de kilos. Somos bandera. Además por la calidad de las tierras y la altura sobre el nivel de mar que tenemos, somos de los pocos que producimos en secano, que da una calidad añadida al producto.

–¿Cómo lo hacen si los transportistas se niegan a sacar la mercancía por la carretera?

–Es un producto perecedero que hay que sacarlo a diario. La solución que hemos dado es a través de un camión frigo de un vecino del pueblo, que lo lleva a una cooperativa hermana que se llama Única, en Granada. Eso supone que se pierda calidad y la trazabilidad en la cadena alimenticia y una pérdida en la competitividad porque se encarece el producto al pagar unos portes. Esta carretera de Lora supone un freno al desarrollo agrícola y social.

–¿Qué le pide a la Junta con esta situación?

–Lo único que exigimos es que se licite de una vez la obra, se adjudique y empiece, que no me den largas para ganar tiempo y meterse en el ejercicio que viene y me digan que lo van a fraccionar en tres años. Llevamos luchando 30 años por esta carretera y ya no aguantamos más. Y si no cumplen los plazos, el pueblo de Alcalá del Valle hará una marcha andando hasta la puerta del Parlamento.

–Fue el primer regidor en lanzar la voz en toda España contra la instalación de casas de apuestas en los pueblos

–Al principio parecía el alcalde autoritario que prohíbe. Pero desde que se instaló la primera casa de apuestas aquí no hemos parado de sufrir las consecuencias. Alcalá del Valle es un pueblo de emigrantes, trabajador, y lo que necesita son apuestas de empleo y no casas de apuestas que provocan adicciones a nuestros jóvenes, adicciones que después tienen unas repercusiones sociales y familiares que son inmensas y que al final repercute en el conjunto de los vecinos.

–¿Qué retos tiene su gobierno para este mandato?

–Reducir, dentro de nuestras posibilidades, la lucha contra la droga y las casas de apuestas; apostar por la generación de empleo, facilitando naves a emprendedores en el polígono industrial y mejorar las comunicaciones. Vamos hacer posible la terminación de las circunvalaciones que tenemos porque el transporte no puede atravesar el casco urbano por la estrechez de sus calles. Además de luchar por la carretera de Lora, tenemos un compromiso electoral en relación a la educación y la cultura.

– El convento de Caños Santos es un atractivo turístico de primer orden, que mucha gente desconoce, ¿qué hacen para su puesta en valor?

–Este monumento tiene una riqueza cultural importante y está encajado en una zona ambiental y paisajista privilegiada. Es nuestra joya. Ahora bien, para ponerlo en funcionamiento es esencial las vías de comunicación. Si queremos que crezca el turismo tiene que poder acceder la gente, que puedan entrar los autobuses, que con las vías que tenemos es impracticable. Hemos solicitado una ayuda al Ministerio para meterle luz y agua que es lo que falta. A partir de ahí, barajaremos cómo ponerlo en explotación desde lo público o lo privado, pero con unas condiciones.

–Ha habido históricamente una rivalidad en este municipio entre el PSOE e IU, ¿cómo andan ahora?

–Antes la crispación podía llegar hasta en lo personal, pero ahora tenemos diferencias ideológicas pero creemos que hay salud democrática en nuestro pueblo.

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