Arcos celebró con varios actos el Día Internacional de las Mujeres. Y con ello, el alcalde de la localidad, Isidoro Gambín, leyó un manifiesto consensuado por el Pleno de la Corporación Municipal.

Así Gambín recordó que "la elección del día 8 de marzo se debe a que en ese mismo día en el año 1857, las mujeres que trabajaban en la industria textil en Nueva York, organizaron una huelga, reclamando salarios más justos y condiciones laborales más humanas. Hoy, 165 años después de aquella primera huelga, y a pesar de los logros alcanzados, quedan muchas injusticias por superar".

Añadió que "son muchos los avances conseguidos y diversas las leyes que han ido encaminadas a la igualdad real y efectiva entre hombres y mujeres; pero por desgracia, sigue quedando mucho camino por recorrer. Según cifras del Instituto Nacional de Estadística, son las mujeres quienes tienen salarios más bajos y quienes sufren mayor precariedad laboral y mayor cifra de desempleo. También son las mujeres quienes dedican más horas al cuidado del hogar, de los hijos e hijas y de las personas dependientes, y quienes abandonan el mercado de trabajo o reducen su jornada; son ellas quienes renuncian, ya que no existe un reparto equitativo de las tareas de cuidado ni unas políticas efectivas de conciliación laboral y familiar".

En el ámbito de Arcos, dijo el alcalde que "no podemos olvidarnos de las mujeres que son víctimas de violencia de género, la forma más cruel en la que se materializa el machismo en nuestra sociedad. Cabe recordar que solo aquí, en Arcos, desde la Delegación Municipal de Igualdad se han llevado a cabo más de 300 atenciones durante el año 2021".

Por otra parte, en cuanto al poder y a la toma de decisiones, "también son las mujeres quienes se encuentran en una situación más desfavorecida. A pesar de existir la llamada “cuota de género”, la mayoría de los altos cargos y los puestos directivos tanto del sector público como privado de nuestro país son ostentados por hombres".

Y añadió que "podríamos seguir enumerando aspectos en los que existe desigualdad y hablar de violaciones y agresiones sexuales, de publicidad sexista, de violencia obstétrica, de ausencia de lenguaje inclusivo o de la invisibilización de las mujeres en los medios de comunicación y socialización. Y el mejor antídoto para este problema social es el feminismo; que no es otra cosa que la herramienta que lucha contra las desigualdades que sufren las mujeres por el simple hecho de ser mujeres".

Concluyó el manifiesto diciendo que "debemos acoger ese espíritu de consenso del Pacto de Estado Contra la Violencia de Género, mostrar de manera unánime nuestro rechazo al machismo, a todas las formas de violencia en que se manifiesta y a la desigualdad de trato que sufren las mujeres por el mero hecho de serlo. Es nuestro deber comprometernos y sumar nuestras fuerzas para luchar contra quienes niegan la realidad a la que se enfrentan día a día las mujeres y para decir alto y claro que queremos una sociedad feminista en la que las mujeres puedan gozar de los mismos derechos, oportunidades y libertades que los hombres. Porque la igualdad de género no es cosa de un día, ni de un mes; el 8 de marzo es una fecha reivindicativa, pero el resto de días del año tenemos que seguir exigiendo que las mujeres tengan igualdad laboral, libertad sexual, reconocimiento social; que haya corresponsabilidad en los cuidados y que estén libres de todas las manifestaciones de violencia patriarcal".