Supercopa de España / previa / Sevilla FC

Se litiga por un título

  • El Sevilla persigue engordar en Tánger su palmarés ante un Barcelona que lo humilló en la Copa del Rey

  • Los blancos tratarán de rebelarse contra todo, incluidas las arbitrariedades de la Federación Española

Machín da algunas órdenes a los suyos en el entrenamiento.

Machín da algunas órdenes a los suyos en el entrenamiento. / Juan Carlos Vázquez

12 de agosto de 2018 y el Sevilla ya afronta su tradicional cita con las finales. Sí, con un título oficial, porque la Supercopa de España está considerada como tal por la Real Federación Española de Fútbol, pese a las regulaciones que se ha ido sacando de la manga con el transcurrir de los días, y eso es lo que se litigará esta noche en este lado del estrecho de Gibraltar, concretamente en el norte más norte de África, en esta ciudad de Tánger. Se enfrentan el Barcelona, actual campeón de la Liga y de la Copa del Rey, y el Sevilla, en su condición de finalista del segundo torneo nacional. Ni más ni menos que lo que establece, en eso al menos sí ha sido fiel, el reglamento con el que se rigen todos los clubes que juegan al fútbol en el país de al lado del que nos encontramos, en esa España que tiene tantas leyes que cada uno las interpreta como mejor le conviene.

Porque hay que ser muy torticero para considerar, por ejemplo, que el Sevilla no tiene derecho a estar aquí. Pues se supone que tiene exactamente idéntica razón a todos los equipos que han participado en una final de la Supercopa debido a que se produjo el año anterior un doblete, es decir, que se repitió el campeón tanto en la Liga como en la Copa del Rey. Y ni muchísimo menos ésta es la primera vez que eso ha sucedido. Valga como ejemplo al respecto decir que el mismísimo Barcelona ganó la competición de semejante manera en una ocasión y que ya más recientemente el Athletic Club de Bilbao que entrenaba precisamente Ernesto Valverde estuvo a punto incluso de subir a la gabarra para celebrar que había conquistado un título de esta manera también contra el Barcelona.

Así que no hay ningún motivo para que algún sevillista se pueda sentir avergonzado por este hecho, por ser considerado por quienes no los quieren bien como un invitado que no debía estar en esta fiesta. Nada más lejos de la realidad, por tanto, dado que en ese sentido todo se ha ajustado a la legalidad vigente en el fútbol español.

Palmares de la Supercopa de España. Palmares de la Supercopa de España.

Palmares de la Supercopa de España.

Lo que no tiene tanto que ver con las normas de competición es el hecho que originó la penúltima arbitrariedad federativa y que condujo a que todo se dilucide durante 90 minutos o 120 y las tandas desde el punto de penalti si la cosa se prolongara con un empate. Esta Supercopa ha originado una tremenda polémica por la decisión unilateral del presidente de la Federación Española, Luis Rubiales, de cambiar sobre la marcha el sistema de competición. Lo que estaba previsto, por la reglamentación, cabe insistir en ese aspecto, como un doble partido en casa de cada uno de los litigantes se convirtió por la negativa del Barcelona debido a que tenía que disputar un apasionante bolo contra la Roma en Estados Unidos en una final de una sola fecha. Así fue como se decidió que todo lo acogiera Tánger, una ciudad con algunos lazos con Rubiales y con el propio presidente del Barcelona, Josep Maria Bartomeu, o para ser más exactos con alguna de sus empresas.

Y lo último ha sido inventarse, casi sobre la marcha, que, pese a ser un torneo oficial, puedan jugar todos los extracomunitarios que le plazcan a cada equipo. Y en este caso, oh casualidad, el único que tiene más de tres en su plantilla a día de hoy es el Barcelona. Una más, apelando a que la competición no es profesional, cuando el propio Rubiales se acogía a un convenio colectivo con la AFE para justificar que se jugara sólo el día 12 de agosto y no el 5 también como estaba previsto.

En fin, es una detrás de otra por parte de un organismo que debería mantenerse como neutral pero que toma claramente partido por uno de los litigantes. Mas sea lo que sea, todo eso ya pertenecerá al pasado cuando Del Cerro Grande dé la orden de partida, incluida la polémica con las entradas que el Sevilla había cobrado en los abonos de sus aficionados y que después ha decidido pagar en especies y no reintegrando la parte proporcional en dinero. Han sido aspectos colaterales que le han hecho mucho daño a esta final y también a los dirigentes sevillistas en el día a día con sus abonados. Y que también condujeron a que los seguidores de la fe balompédica radicada en Nervión le cogieran tal asco a esta final que decidieran renunciar a su asistencia a ella.

Machín es un obseso de la preparación de los partidos y cada vez que jugó contra Messi trató de inventar cosas para mermar su potencial

Bueno, no todos. Mañana se espera que sean unos 1.500 los sevillistas que se den cita en el coqueto Stade Ibn Battuta, que es como es conocido oficialmente el recinto que acogerá este encuentro entre el Barcelona y el Sevilla. Con capacidad para unos 45.000 espectadores, los seguidores de uno y otro estarán relativamente repartidos, pero todo se desequilibrará por los autóctonos, pues los azulgrana tienen una legión de simpatizantes en esta zona de Marruecos y por todo el Magreb. Será, por tanto, algo parecido a cuando se jugó una final de la Supercopa de Europa en Georgia, concretamente en Tiflis y todos eran camisetas con el nombre de Messi detrás.

Es lo lógico, de cualquier manera, pero tampoco eso debe influir en exceso en el transcurrir del partido. Mucho más trascendente será el estado de forma que puedan mostrar unos y otros. Así, las principales estrellas del Barcelona están más cortas de preparación física, entre otras cosas porque algunas de ellas, Umtiti, Dembele y Rakitic, que fueron los finalistas del Mundial, se han incorporado esta misma semana, mientras otras llegaron algunos días antes y estuvieron ejercitándose aparte del grupo mientras el resto de la plantilla azulgrana aún estaba de gira por Estados Unidos. A todos ellos se ha unido, además, el reciente fichaje, el chileno Arturo Vidal, aunque éste sí venía de estar ejercitándose con el Bayern Munich en la concentración del cuadro alemán.

El Sevilla tampoco se libra de estas circunstancias. Ya apuntó Pablo Machín después del partido contra el Zalgiris que no iba a disponer de N’Zonzi, su campeón del mundo, para esta cita por no estar en condiciones físicas para ello. Sí llevan ya algunos entrenamientos más Banega, Mercado, Kjaer y Muriel, que fueron los mundialistas de los blancos, pero, lógicamente, están más cortos de preparación que el resto de sus compañeros. Es decir, como Messi, Luis Suárez, Coutinho, Piqué, Busquets y compañía.

Esta final sirve para estrenar el VAR en una cita oficial en el fútbol español y con Del Cerro Grande se empezará a ver qué pasa

Lo que es indudable, por tanto, es que esta final puede tener mucho que ver con el aspecto físico, dado que las diferencias futbolísticas a favor del Barcelona, que fueron evidentes en esa final de Copa en el Wanda Metropolitano de tan triste recuerdo para los sevillistas, pueden quedar bastante reducidas en esta ocasión por el momento de la preparación.

En ese sentido, el Sevilla cuenta con la teórica ventaja de haber disputado ya tres partidos oficiales con sólo tres cambios, algo que será de tremenda trascendencia cuando se exige un esfuerzo prolongado a estas alturas de la pretemporada. Además, la lógica dicta que Machín utilizará a Jesús Navas, Roque Mesa, Franco Vázquez, Kjaer, Mercado, Escudero y Sergi Gómez, los futbolistas que reservó el jueves contra el Zalgiris. A partir de ahí se completará, se supone, el equipo que deberá tratar de engrandecer el palmarés del Sevilla. Supercopa de España, aquí en Tánger, en Marruecos, está en juego el primer título del curso.

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