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Un fructífero mercado invernal

  • El Sevilla, que no firmó a ningún jugador el año pasado en enero, suele acudir al segundo periodo para fichar pensando en el proyecto del siguiente curso · Daniel, Adriano y Escudé son sus últimos aciertos

El mercado de invierno suele servir para que los equipos tapen los defectos evidenciados durante la primera parte del campeonato o para salvar ciertas carencias y plazas de jugadores lesionados. Dejada atrás la superpoblación que existía en la enfermería sevillista, el conjunto nervionense debería, pues, reforzar ciertas posiciones en las que el equipo cojea. En la mayoría de los casos, en otros clubes serían meros parches, pero en los últimos años, cuando el Sevilla acude a este nuevo plazo de fichajes, más que como urgencia se trata de un movimiento que se adelanta al verano.

De hecho, no hay más que mirar al pasado más reciente. En el mercado de invierno llegaron jugadores como Daniel, Adriano, Escudé, Kerzhakov o Fazio, futbolistas que fueron y son pilares de la actual plantilla. Comparándolo con los grandes del fútbol español, que cuentan en sus filas con sonados fiascos (Cassano, Revelleire, Banega, Maduro, Gronkjaer o Petrov, por citar algunos) los nervionenses son, de largo, los más acertados, ya que en la mayoría de los casos nunca han ido a dicho mercado por necesidad, sino con la idea de buscar refuerzos para el futuro.

Con esa idea llegó Daniel en enero de 2003. Al brasileño le costó adaptarse de ahí al final de la temporada, pero a partir del siguiente curso se hizo dueño y señor de la banda derecha hispalense para acabar siendo traspasado al Barcelona por más de 30 millones de euros, cuando su coste fue de apenas uno. No es el único caso de rendimiento, ya que Adriano, que acaba de ser renovado hasta 2014, llegó dos años después, en la 2004-2005 procedente del Curitiba, y cuando la banda izquierda tenía hasta tres inquilinos ya.

Viendo que el sistema funcionaba y el buen tino del director deportivo sevillista, Monchi, la política de la entidad de incorporar a nuevos valores tuvo continuidad en el curso posterior, cuando arribó a Nervión el francés Escudé, ya como internacional galo.

Sería el último gran acierto invernal, ya que en la 2006-2007 el Sevilla volvió a pescar en el mercado invernal por partida doble. El turno fue para Kerzhakov y para Fazio, aunque el argentino, en principio, llegaba para reforzar el filial. El ruso, que había impresionado en el Zenit, nunca triunfó en la capital andaluza, donde fue muy criticado a pesar de no contar con tantas oportunidades como el resto de delanteros, y apenas un año después abandonó la entidad. Fazio, por su parte, es ya futbolista de la primera plantilla, aunque no es titular y en las últimas fechas está siendo algo discutido.

En la actualidad, el Sevilla tiene un déficit importante en la delantera y, por lo visto en los últimos años, la llegada de algún punta no significaría nada más que el inicio del proyecto del próximo año pasa por la baja a alguna de los arietes que no tienen sitio o están lesionados, como Kone y Chevantón.

El pasado invierno, el Sevilla, que llegó al final de 2007 fuera incluso de los puestos de Liga de Campeones (noveno, a 11 puntos), no incorporó a ningún futbolista por primera vez.

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