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Perotti llega con sosiego

  • El argentino regresa tras un arduo trabajo de rehabilitación en su país con optimismo y cautela sobre su evolución. Ya hace trabajo de campo pero no se pone fecha: "Mi error fue adelantarme a los plazos".

Cerca de un mes de rehabilitación lleva a sus espaldas Perotti después de que el prestigioso neurocirujano Richard Fessler lo operase en Chicago el pasado 31 de mayo. La intervención para corregir la hernia discal que sufría, rebañando el trozo de disco que sobresalía y provocaba una negativa y dolorosa interacción con los nervios de la zona lumbar, fue la solución a las constantes lesiones musculares que venía padeciendo el futbolista, que se pasó un año entre recaídas y frustrantes reapariciones. Ahora empieza de cero y lo hace con optimismo, convencido de que fue la mejor salida a su problema, pero también con cautela. No quiere tropezar en la misma piedra y rechaza la prisa. "No quiero tirar cohetes al aire", reconoce a este periódico.

Perotti, sorprendido por el fuerte calor que lo acogió este miércoles al aterrizar en Sevilla a las cuatro y media de la tarde, se pondrá en manos de los médicos del club después de un arduo trabajo de rehabilitación, que lo obligaba a realizar cerca de 100 kilómetros diarios (ida y vuelta) entre Moreno, su localidad natal, y Buenos Aires, donde lo ha estado tratando el especialista de la selección argentina Luis García. El fisioterapeuta bonaerense ha aplicado magnetoterapia y ultrasonido para limpiar la zona de líquido y evitar cualquier inflamación. Posteriormente, Perotti ha hecho mucho trabajo de bicicleta y refuerzo muscular de la zona abdominal. Ahora ya hace trabajo de campo. "Salí al campo a trotar a un buen ritmo y ahora estoy en un 60%-70%. Ahora voy a ver qué me dicen los médicos del Sevilla, Pepe Naranjo y Juanjo Jiménez, pero no creo que varíe mucho el plan que me ha dado Luis García, pero el trabajo está siendo muy bueno".

El atacante sevillista entiende que el sobreesfuerzo realizado durante su rehabilitación era obligado: "Sabía que tenía que ponerme en serio a recuperar porque no fue una lesión cualquiera, tenía que esforzarme más de lo habitual, porque si no, me podía pasar lo mismo que el año pasado, cuando salía de una y me metía en otra. Tuve una buena recuperación".

Además, sabe que la intervención a la que se sometió en el Northwestern Memorial Hospital de Chicago a finales de mayo, cuando se le recortó esa porción de disco que le presionaba la raíz nerviosa, era inevitable: "Al principio intentamos una solución más conservadora, pero luego vimos que había que encontrar una solución, no había otra opción. Tenía una pérdida de fuerza que me debilitaba y se me producían constantes lesiones musculares".

El doctor Fessler le insufló mucho ánimo al afirmar que podía estar compitiendo a un 80% a los tres meses de la operación, es decir, que podría estar listo a principios de septiembre y empezar la Liga. Pero Perotti ya ha aprendido la lección de la pasada temporada, cuando reapareció en un par de ocasiones sin estar curado todavía al 100% de sendas lesiones musculares: "No quiero ponerme una fecha en la cabeza, porque empiezas a forzar y ése fue uno de los mayores errores que cometí el año pasado, que fue adelantarme a los plazos de readaptación. Eso termina jugando en tu contra. Nadie me asegura cuándo voy a volver y yo quiero ir con tranquilidad. No quiero tirar cohetes al aire", dice de forma expresiva el futbolista. Hoy se pondrá en manos de los readaptadores del club. Pero no quiere ni oír hablar de fechas: sosiego y trabajo.

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