Usando una terminología ya arcaica, el Sevilla irá a Anfield con gasolina súper sin plomo. Los avances tecnológicos permitieron quitar el dañino metal del combustible igual que Eduardo Berizzo trata de descargar de peso las piernas de sus jugadores para el complicado debut en la Liga de Campeones. Y en buena medida lo ha logrado gracias a su estrategia de rotaciones ante el Eibar que le dio el mayor rédito posible: un triunfo, trabajado y brillante al final, con el añadido de confianza y también frescura en los que no jugaron.

Entre éstos hay gente principal. Berizzo ni convocó a tres o cuatro futbolistas que apuntan a la titularidad ante el Liverpool: Pareja, Banega, que estaba sancionado en la Liga, o Pizarro. También podría apostar por Krohn-Dehli, que se quedó descansando pese a estar ya en plenas condiciones, quizá pensando en la necesidad de veteranía para esa cita de alto octanaje en una de las cunas del fútbol. En todas las líneas tiene gente fresca el Sevilla en realidad, salvo quizá los laterales. Ante el Eibar jugaron los dos que tienen la vitola de titular hasta ahora, indiscutible en la izquierda con Escudero y más debatible en la derecha con Mercado. Parece que ambos serán de la partida de nuevo en Anfield.

En realidad, Berizzo optó por dar descanso a todos los internacionales que tuvieron que afrontar, aun sin jugar en algún caso, la doble cita del calendario FIFA. Y eso le facilitó la tarea de distribuir esfuerzos. De los siete que viajaron a sus respectivos y lejanos destinos tras el triunfo en Getafe, sólo Mercado fue titular ante el Eibar, y no terminó el partido por problemas físicos. Claro que el defensa argentino fue el primero en volver y se ejercitó la semana completa con Berizzo debido a que adelantó su vuelta al estar sancionado para la segunda cita de Argentina.

De esta forma, el entrenador sevillista dispone de una columna vertebral con las piernas y la mente descansadas y con energía para afrontar la cita. En la defensa entrarán posiblemente Kjaer junto a Pareja, no se sabe muy bien el orden de la misma puesto que el danés rinde mejor en el perfil derecho; en la medular, es segura la vuelta de Pizarro y Banega y falta saber si Berizzo apostará de nuevo por N'Zonzi o le dará refresco con otra pieza; y en el ataque, en la derecha hay dudas porque los dos jugadores específicos fueron titulares ante el Eibar, Jesús Navas y Sarabia, en la izquierda es casi segura la alineación de Correa, y arriba Muriel aportaría potencia y fuerza tras el esfuerzo de Ben Yedder, quien por otra parte lleva ya tres goles... Es otra duda.

Tan importante como esa energía fresca es la confianza de un equipo que no ha perdido ninguno de los cinco partidos oficiales disputados. Además, el triunfo tan trabajado ante el Eibar viene a refrendar la estrategia de Berizzo de repartir los esfuerzos y de redundar en su inamovible 4-3-3 pese a que tuviese que darle la alternativa como mediocentro a Sarabia. La idea, sobre las circunstancias.

El 3-0 fue un espaldarazo de confianza tanto para el entrenador como para el equipo, al contrario que el Liverpool, que vio zanjado de raíz su buen arranque al ser goleado en Manchester por el City (5-0), aunque medió la roja a Mane en la primera mitad. El Sevilla, con dos empates, en casa Espanyol y Basaksehir, y tres triunfos (Estambul, Getafe y el del sábado), continúa invicto y eso también influye positivamente en el ánimo. El Liverpool, tras vencer al Hoffenheim en los dos partidos del play off de Champions, empató en Watford (3-3) y venció al Crystal Palace (1-0) y al Arsenal (4-0) antes de la derrota del Etihad. Berizzo ha usado a 23 jugadores en cinco partidos, de los cuales 17 jugaron más de 90 minutos, y 14, más de 180. Sólo cuatro han participado en todos: Sergio Rico, Lenglet, Jesús Navas y Nolito. Jürgen Klopp ha usado para sus seis citas a 21 futbolistas, de los cuales jugaron los seis partidos Matip, Henderson, Firmino, Wijnaldum, Mane, Salah y Milner. También 14 han pasado de 180 minutos. Berizzo está siendo más estricto en su rotación que Klopp. De momento le sale. Ahora le queda el más difícil todavía, el mítico Anfield.