con el hábito de nazareno

Con vuestra venia

COFRADES de Cádiz, con vuestra venia, ya está la ciudad de la luz, la urbe trimilenaria de cimiento fenicio, preparada para ser fanal transparente que acoja los inefables días de la Pasión según Cádiz.

Ya el aire se contagia del fervor apasionado de las gentes de nuestra ciudad. Las fachadas, los balcones, las aceras, jardines y plazas; todo rebosa alegría preanunciada. Esperando al Cristo que sobre un pollino recorrerá la ciudad. Miles de hosannas dejados caer sobre la dulce brisa de la Bahía. Los infantes con sus palmas son la fiel vanguardia de las cofradías. Niños que nos enseñan permanentemente la bondad intrínseca de nuestras hermandades.

Cofrades de Cádiz, con vuestra venia, ya está la primavera enriquecida con la sangre salvífica del Rendentor. Ya está por salir el primer paso a la ciudad, negando las más elementales leyes de la geometría. No cabrá el aire entre el respiradero y la pared. Temblarán virtuosos de acabada teología los enhiestos candelabros. El andar de los cargadores será una leyenda enamorada, un calvario dulcificado por amor.

Ya está la nube de incienso delimitando el etéreo escenario donde se vivirán los imborrables momentos de la Semana Santa. Cádiz, sabia y antigua, culta y amiga del mar. Ciudad universal y primigenia de Occidente, se deja caer un año más en las manos del Cristo que traen los cofrades.

Cojamos entre todos esta Cruz, y levantémosla en medio de este mundo deshumanizado. Que el resplandor de la Cruz llegue a todos los lugares de la tierra.

En la antesala del Domingo de Pasión, con vuestra venia cofrades de Cádiz. Sólo por una sola llamada a un corazón abandonado, habrá valido la pena llamarse cofrade en Cádiz.

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