Martes Santo

La tarde luce orgullosa sus tres caras cofrades

  • Huerto, Prendimiento y Caridad llenan una tarde plena caracterizada de nuevo por el buen tiempo y por la notoria afluencia de público en la calle.

LA tarde del Martes Santo que ayer disfrutó La Isla desplegó con fuerza todo su potencial cofrade con el poderoso apoyo del sol y del extraordinario tiempo, que una vez más, hizo acto de presencia en el mejor arranque que se recuerda de la Semana Santa de San Fernando en muchos años.

La jornada siguió de una manera clara la gloriosa estela del Domingo de Ramos y del Lunes Santo, que tantos y tan buenos momentos ha regalado este año, y concentró de nuevo a un numeroso público en las calles para disfrutar desde tempranas horas con las salidas procesionales de las hermandades de la Sagrada Oración en el Huerto, del Prendimiento y de la Caridad.

El Martes Santo fue, de nuevo y como es tradicional, la tarde de los barrios, como suele referirse a ella el tópico cofradiero. La tarde en la que la Semana Santa se reparte entre la Pastora, el Parque y San Francisco, en la que más hermanos de fila procesionan en toda la Semana Santa -alrededor de los 1.500 entre las tres hermandades del día toman el centro de La Isla- y en las que la poderosa personalidad de cada una de estas cofradías tira con fuerza hacia uno y otro rincón de la ciudad: la calle Ancha, el Parque, la calle Comedias... Tarde estampas, de momentos y de lugares para recordar.

Fue también una tarde de marcadas devociones marianas: el Buen Fin, que anoche, a su recogida, estrenó de manera esplendorosa su nuevo paseo en el interior del Parque Almirante Laulhé; la Caridad, madre de las madres de San Francisco y, por supuesto, la reina hortelana, María Santísima de Gracia y Esperanza, la única dolorosa coronada que procesiona en la Semana Santa.

La crónica del Martes Santo empezó este año en la Pastora al haber retrasado Prendimiento su salida para reajustar sus horarios. La hermandad de la Oración en el Huerto fue la encargada de abrir una prometedora tarde con su vistoso y extenso cortejo de penitentes, que desde temprano empezaron a llenar los aledaños de la parroquia de la Pastora para formar la procesión, dándole, con la ayuda del tiempo reinante, un colorido especial al inicio de un enorme Martes Santo.

A las seis y cuarto, la cruz de guía hortelana se puso en marcha y atravesó la plaza de la Pastora para dirigirse hacia Capitanía y buscar la entrada en Carrera Oficial a través de Murillo y La Herrán.

El misterio del Huerto -ayer fue también la gran tarde de los olivos- fue el primero en brillar en esta jornada espectacularmente cofrade al emprender su camino a los sones del himno de la hermandad, la emblemática marcha de Agripino Lozano.

Al Cristo del Huerto que de nuevo portó una cuadrilla de la asociación de los Jóvenes Cargadores Cofrades, le acompañó por primera vez la agrupación musical Nuestro Padre Jesús de la Fuensanta, de Morón, que interpretó las primeras marchas procesionales que se dejaron escuchar en la tarde.

La hermandad tiene proyectado desde hace varios años completar el misterio con la inclusión de los apóstoles durmientes -Pedro, Juan y Santiago- cuya ejecución, pendiente tan solo de la correspondiente autorización del Obispado, ha encargado al popular imaginero sevillano Fernando Aguado. La intención es que el próximo año puedan salir ya a la calle en la tarde del Martes Santo para agrandar, más si cabe, la cofradía encuadrada en el popular barrio de La Pastora.

El cortejo de la hermandad pastoreña lució con orgullo no solo su elevada nómina de hermanos de fila sino también las insignias que ha ido incorporando en los últimos años mientras abrazaba Capitanía y pasaba por delante del busto dedicado a su otro titular, el Beato Marcelo Spínola, donde se llevó a cabo una ofrenda floral.

El palio de Gracia y Esperanza, acompañado de la banda de música Fernando Guerrero, de Los Palacios, volvió a poner el broche de oro a un cortejo excepcional que fue también el primero en hacer su entrada -a las siete menos cuarto de la tarde- en la Carrera Oficial.

Pero no menos espectacular era la otra cara que el Martes Santo mostró ayer tarde en el carismático barrio del Parque, donde a las seis y media se abrieron de par en par las puertas de la parroquia de San José Artesano para dejar salir a la cofradía del Prendimiento, el otro olivo de la tarde, hermandad que cada año suma también nuevos cofrades a su nómina de hermanos de fila.

El misterio ha experimentado también un significativo cambio en los últimos años, especialmente tras la incorporación del nuevo paso realizado en los talleres de Manuel Guzmán Fernández, que ha realzado notablemente el conjunto escultórico que procesiona con esta cofradía. Además, el bordado de la túnica del Cristo ha dado un nuevo aire a un misterio de lo más cofrade que conquista con facilidad el aplauso y el favor del público.

Ayer, la hermandad estrenó un nuevo llamador, realizado según diseño del artista -y hermano de la corporación- Joaquín Domínguez Vidal, que se inspira en un simbólico candray salinero.

Portado por su cuadrilla de hermanos cargadores, Jesús Prendido no escatimó en mecíos a los sones de la agrupación musical de la Sagrada Resurrección, de Sanlúcar de Barrameda, que nuevamente volvió a acompañar a esta hermandad. Fue un momento redondo en una tarde de Martes Santo soleada y primaveral que remataron las marchas de la banda de San José Artesano tras el palio rojo del Buen Fin mientras éste emprendía el camino hacia el convento de las Capuchinas para hacer su estación de penitencia, punto central de su recorrido.

A las siete de la tarde, en la parroquia castrense de San Francisco -templo que este año celebra su 250 aniversario- la tercera hermandad del día, la más antigua de la jornada, puso también su cruz de guía en la calle Real para completar otra jornada perfecta de la Semana Santa isleña.

Caridad, con su sello personal, dejó toda su impronta en una tarde memorable que en esos momentos alcanzó su plenitud en el bullicioso centro de la ciudad mientras los hermanos de túnica negra y blanca llenaban Faustino Ruiz, Naval Sacramento, Cecilio Pujazón... buscando su entrada en la Carrera Oficial tras la hermandad del Huerto.

La veterana del Martes Santo hace años que está inmersa en un monumental proyecto para la ejecución de su nuevo paso de orfebrería -en plata- que acomete por fases y que sigue la línea estética que siempre ha tenido la cofradía. Ayer se pudo ver en la calle una nueva fase de estos trabajos que se están llevando a cabo en la orfebrería sevillana de los hermanos Delgado, relativa a la capilla central de uno de los canastos laterales. Poco a poco, este gran paso de la Caridad va tomando forma en un Martes Santo que se ha convertido en una de las jornadas de la Semana Santa de San Fernando que más ha cambiado a lo largo de la última década. Prueba de ello es que las tres hermandades de la tarde -la terna cofrade que marca la pauta en este tercer encuentro de La Isla con sus cofradías- han incorporado nuevos pasos para sus titulares en un periodo de tiempo relativamente corto. Sin duda, otra muestra de los cambios que se han producido en la Semana Santa de La Isla desde finales de los años 90, certificando, por año que pasa, la grandeza de la Semana Mayor de San Fernando.

La hermandad de la Caridad y del Santísimo Cristo de la Salvación, portada también por una cuadrilla de la asociación Jóvenes Cargadores Cofrades (JCC), contó con el acompañamiento musical de la banda Maestro Agripino Lozano (antigua Cruz Roja).

El Martes, que La Isla, completamente inmersa en la celebración de su Semana Santa, abrazó con entusiasmo, supo condensar en tan solo unas pocas horas algunos de los mejores momentos de una Semana Santa cuyo comienzo se ha caracterizado por el buen tiempo y por la acogida que le ha dispensado en la calle un público realmente multitudinario. Hoy alcanzará ya su ecuador.

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