Viernes Santo Horarios, itinerarios y recorridos del Viernes Santo en la Semana Santa de Cádiz 2024

Gerardo Navarro. Capataz de Sanidad, Las Aguas y Trinidad

"No entiendo la carga sin devoción y sentimiento"

  • Empezó a cargar en la cuadrilla de Hermanos Cirineos en 1982, y en 1995 pasó a ser el capataz 

Llegó a Las Aguas como capataz al mismo tiempo que Longinos sobre su caballo, hace 22 años. A la vera de este gran paso de misterio se ha forjado Gerardo Navarro su trayectoria como capataz, que lo es también de Jesús del Mayor Dolor de Sanidad y, este año, de la Virgen de la Trinidad de Medinaceli. En vísperas de estos tres compromisos de la Semana Santa, Navarro repasa su trayectoria cofradiera.

-¿Cómo llega al mundo de las cofradías Gerardo Navarro?

-Mi padre y mi padrino eran cargadores, y desde chico he ido con ellos y con mi madre a ver cofradías. Mi padre trabajaba en Tabacalera y tal como nací me hizo hermano de Cigarreras, donde con cinco años salí de monaguillo. Mi primera estación de penitencia la hice con Cigarreras.

-¿Y cuándo empieza su relación con la carga?

-A través de mi primo hermano Ignacio Navarro, que hoy es contracapataz de Amargura, fuimos con 15 años los dos a tallar con Amargura y con Cirineos. Yo no entré en Amargura por altura, decía Paco Pizano que dónde me iba a meter con lo grande que era. Y en Cirineo sí entré. En el año 82, que sacó Cirineo Santa Cena, Medinaceli y el Cristo del Silencio, que lo cargué durante tres años. En el 84 entré en Las Aguas como cargador de Hermanos Cirineos, hasta que en el año 95 me hice cargo de la cuadrilla.

-Las Aguas supone un inicio de mucha responsabilidad, por el peso y volumen del paso, ¿no?

-Y además ese primer año me encontré con el caballo en el mes de febrero. En noviembre acepté la capatacía y fue después de eso cuando la cofradía me comunicó que se había aprobado incorporar el Longinos a caballo y se iba a estrenar. No te puedes imaginar la que me entró cuando vi al caballo bajar del camión. Para colmo ese primer año tuvimos el recorrido más largo de la historia de la cofradía porque cumplía 50 años; nos recogimos cerca de las tres de la mañana. Y a la Señora se le partió también un varal y tuvo que recogerse a ruedas. Si ese año no me asusté y dije adiós, ya no me asustará nada.

-¿Cuál es su filosofía como capataz?

-Entiendo la cuadrilla de cargadores como un grupo humano, lo primero, que tienen que tener un sentimiento sobre todo a Cristo y a la Virgen. A partir de ahí, dentro de la carga, a lo largo de los años lo que ha existido es una organización que antes no había y que permite llevar a ese grupo humano y tener contacto con ellos durante todo el año. No dedicarse solo a cargar el paso, sino colaborar en lo que se puede dentro de la cofradía y de la Iglesia, y ayudar a las personas que les hace falta. Con sentimiento y con devoción, sobre todo. No entiendo que un hombre se meta debajo de los palos si no tiene devoción y sentimiento; no concibo lo que es cargar un paso por cargarlo.

-¿Por qué va Gerardo en los misterios y Andrés Cano en los palios?

-Porque Andrés Cano era cargador de los pasos de palio. Cuando empecé en la carga en el año 82, yo no entraba en los pasos de palio por la altura, ni Andrés tampoco; entonces empezamos nuestra trayectoria cargando los pasos de misterio. Y cuando yo empecé de capataz, Andrés siguió siendo mi espejo y mi hombre de confianza debajo del paso. Es un hombre que le tengo el aprecio y el cariño como si fuera mi hermano. Y cuando surgió la oportunidad de volver a crear la cuadrilla de palio, él ya tenía la experiencia como capataz de Borriquita, así que se lo propuse y lo aceptó. Después de Salud vino la Luz y ahora Trinidad.

-¿Cuándo empieza su trabajo como capataz y cuándo termina?

-Nosotros empezamos a principios del mes de noviembre, cuando hacemos una primera reunión con todos los cargadores para empezar a ver las altas y las bajas. Tengo la suerte de tener todos los años un grupo que me apoya y que siempre está conmigo. Te puedo decir que este año de 110 hombres que lleva el Cristo de Las Aguas solo hay 15 incorporaciones. Luego hacemos la convivencia de Navidad, y hacemos tres tallamientos, en enero, febrero y marzo. Luego reparto de ropa, levantá de los pasos y a la calle.

-Curioso termino el de Levantá; conocía movimiento, o retranqueo; pero no levantá.

-Cuando yo empecé eso no se hacía, nadie levantaba los pasos, no era costumbre. Y yo siempre escuchaba anécdotas sobre cosas de velas que se caían, candelabros que se movían, palos que se soltaban... Pensé que todo eso era tan fácil de evitar como levantar el paso antes de la salida. Lo introduje hace 22 años y lo hacemos en todos los pasos; alguna que otra sorpresa nos hemos encontrado... Aparte, también me sirve porque yo no hago ensayos, hasta el día de hoy no lo he considerado oportuno al ser una cuadrilla muy veterana.

-¿Cómo se gestiona un grupo tan amplio de cargadores?

-Con mucha organización. Hay unas normas como asociación para poder funcionar bien. Luego tengo una serie de colaboradores que me ayudan, y todo el mundo tiene que cumplir las normas. Incluido el capataz; mi hijo quería salir en la magna de 2012 y no pude dejarlo porque tenía todavía 17 años y para cargar en la asociación hay que tener cumplida la mayoría de edad; se llevó meses sin hablarme. Además, en el mundo de la carga se ha evolucionado tanto que ahora todos los cargadores están más vinculados a la cuadrilla y a la cofradía; tema ensayos, relevos, reuniones están hoy muy superados, y generalmente todo el mundo cumple con eso.

-Pero mantener a la gente un año y otro será, en parte, culpa suya también.

-Yo le doy mucho cariño a mi gente. Soy una persona con mucho talante, respeto mucho a mi gente y ellos me respetan a mí. Yo sé todo lo que ha pasado durante el año, procuro estar en contacto con todos mis cargadores. Y eso conlleva a que el grupo humano se conozca, que es muy importante porque cuando hay que apretarse nos apretamos todos. Mira, a mí me gusta recibir a los cargadores en la puerta de la iglesia, y a cada uno le doy dos besos y le recuerdo algo que le haya pasado. En lo que llevamos de 2017 llevamos cuatro padres fallecidos, dos nacimientos, uno que ha encontrado trabajo... eso se lo recuerdo antes de entrar y ya eres mío, te pongo la sangre a hervir.

-¿Cómo soporta una Semana Santa con tres días seguidos al frente de un paso?

-Es muy complicado, pero la experiencia ayuda. La afronto con la tranquilidad del trabajo bien hecho. Es lógico que haya imprevistos, pero siempre intento tener tres o cuatro soluciones para cualquier cosa. Muchas veces a las tres de la mañana se me abren los ojos, me levanto, me pongo en el ordenador y lo cambio todo lo que había hecho antes.

-¿Y le quedan fuerzas para salir más días en otras cofradías?

-Sí. Yo sigo cargando. Este año, por circunstancias, después de 37 años no voy a poder ir debajo de Medinaceli con la gente del Pájaro, una de las personas que más admiro de la Semana Santa. Pero salí de manigueta en el misterio de Borriquita con Adolfo Morera al lado. El capataz de Jesús de la Paz, que es cargador de Cirineos, quería llevarnos al lado suyo este primer año.

-¿Es fácil ser capataz en Cádiz?

-La gente cree que sí, pero no. El que se lo crea está equivocado. Alabo a la juventud cuando se tiran al frente de cofradías para sacar un paso sin experiencia y sin cuadrilla propia. Hay que ser muy valiente, porque yo empecé en el 95 pero contando ya con una cuadrilla. Hay que tener muy claro que cuando un paso sale por la puerta de una iglesia, no te puedes imaginar lo que puede ocurrir durante el recorrido. Luego tú sabes cómo es Cádiz, que es peculiar y esto empieza a funcionar cuando acaba el domingo de Piñata. Yo intento dejar todo terminado antes de Carnaval, porque febrero es un mes muy malo de trabajo

-¿Hay algún paso que le gustaría sacar, especialmente?

-Nunca he querido salirme dentro de los cánones que he llevado siempre. Nunca he solicitado sacar ningún paso ni lo voy a hacer. Cualquier paso de Cádiz es digno de que cualquier capataz lo lleve, pero yo he intentado estar siempre donde me han necesitado; y jamás solicitaría sacar ningún paso. Ahora mismo además me encuentro bastante atareado con todo lo que llevamos para adelante, que son cinco.

-Sanidad, Las Aguas, Trinidad... La puerta de Santa Cruz se la conocerá usted de memoria.

-De memoria. Losa a losa. Arco a arco. La vinculación con Santa Cruz y el barrio de El Pópulo desde que fundamos la asociación, que tuvimos el local en San Martín, es grande y amplia. Para colmo, se da la casualidad que Las Aguas salía del Oratorio y cuando cambió de sede sale desde Santa Cruz. Yo me bauticé allí, de hecho.

-¿Y si Las Aguas pudiera y decidiera salir desde San Felipe Neri? ¿Sería un problema para su cuadrilla?

-Técnicamente no habría ningún problema para sacar ningún paso de ninguna de las iglesias de Cádiz, siempre y cuando dependiendo del recorrido las cuadrillas estén bien organizadas para el recorrido que tienen que andar y para el volumen del paso que tienen que llevar. El estilo de carga de Cádiz permite llevar un paso desde donde sea, en un tiempo más o menos prudencial. Se lleva y se soporta, pero con organización y preparación. Ya lo ha demostrado el Despojado, y este año Borriquita. No hay ningún problema.

-¿Se queda con algún momento especial de todos estos años al frente de los pasos?

-Yo tengo tres momentos especiales. Mi primero fue la salida del túnel de Santiago, que fue como mi examen. Un capataz me dijo que si salía bien del túnel, sin ayuda, te darás cuenta de que valdrás para esto, y lo hice; allí parece imposible que el paso entre por el túnel, pero pasa, ya llevo 22 años haciéndolo. El otro momento lo tengo que repartir entre mis dos hijos, cuando se metieron debajo del paso conmigo por primera vez; y el tercer momento fue el año pasado cuando di la levantá de los dos pasos de misterio con mi nieto Alejandro. Además de muchísimos momentos muy emotivos.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios