El Nazareno

La jornada más nazarena

  • La cofradía se preparaba para llenar de fervor la noche del Jueves Santo

Todos los Jueves Santos en el interior de la Prioral se vuelve a repetir el mismo ritual. Desde primeras horas se ultiman los trabajos de exorno de los pasos, los últimos retoques, los postreros detalles, fieles y curiosos que se aglomeran ante los tronos que han de portar esta noche al Nazareno y a María Santísima del Mayor Dolor por las calles de su ciudad. Fotografías, comentarios, rezos, íntimas reflexiones.

Este año ambos pasos se muestran enlutados por la pérdida de Antonio García Segura, quien fuera vicehermano mayor de la hermandad, fallecido en abril del pasado año. El paso de palio luce radiante la Virgen del Mayor Dolor, admirable obra de Castillo Lastrucci. Su vestidor, Carlos M. Canca, también se ha encargado de engalanar este camarín andante con blancas rosas, fresias y orquídeas. En el frontal del plateado palio San Sebastián y la Virgen de Lourdes, patrones de la Villa, custodiarán el camino.

En el magnífico paso de misterio, obra neobarroca de Diego Salvador, Jesús portando el pesado madero, ayudado por el Cirineo; entre ambos y bajo la cruz cinco rosas rojas simbolizan las cinco llagas de Cristo. El Nazareno es una perfecta talla del imaginero Ramón Chaveli, realizada en 1941.

Todo estaba preparado para la salida. A las diez de la noche debían de abrirse las puertas del templo para contemplar un año más como el Señor de Puerto Real pasea por unas calles llenas de puertorrealeños que le rezarán y suplicarán.

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