Semana Santa

El fundador y prioste de la Buena Muerte

  • El ilustre gaditano entendió que una talla tan portentosa debía tener culto externo

AFORTUNADAMENTE, ni la Desamortización ni las diferentes revueltas y vicisitudes históricas nos han privado de la portentosa imagen del Crucificado de la Iglesia de San Agustín. No es necesario saber su autor ni dejar de debatir o especular con ello porque no va a restarle ni un ápice de su extraordinaria factura y calidad imaginera. El Cristo de la Buena Muerte era admirado por cuantos lo conocían y así han quedado numerosas reseñas de viajeros o gaditanos que no han podido sustraerse a su contemplación y devoción. Ya, en 1850, existía una publicación de unos ejercicios espirituales titulado "Piadosos y Devotos Ejercicios de la Buena Muerte dedicados al Santísimo Cristo que bajo la misma advocación se venera en su admirable efigie en la Iglesia de San Agustín de Cádiz". Desconocemos si D. Cayetano y su familia los rezaron, pero de lo que no cabe duda es que vivían en la cercanía de la Iglesia de San Agustín y que la imagen la debían conocer perfectamente. Entre todas las hipótesis, como ya apuntamos con el caso de Ecce-Homo, la de la proximidad de la iglesia al domicilio familiar parece la explicación más evidente a una devoción.

En artículos anteriores, se ha señalado que antes de 1894, fecha de la fundación de la "Hermandad religiosa de Nuestro Señor de la Buena Muerte", D. Cayetano ya era Presidente de la Junta de Procesiones, Protector de la de Ecce-Homo, Protector de La Soledad y Santo Entierro y Vice-Prioste del Nazareno (al sustituir a su hermano Enrique, fallecido en 1893). Por tanto, hay dos hechos que pudieron influir en la fundación de la cofradía de la Buena Muerte: a) Sentimentalmente, el fallecimiento de su querido hermano Enrique en 1893; y b) Que en su deseo de revalorizar e impulsar la Semana Santa gaditana, entendiese que la imagen (que ya era venerada) del Crucificado de la Buena Muerte precisaba de una hermandad para que aumentase su devoción y tener unos cultos internos y externos con mayor lujo, exornos y organización (recordemos que el Crucificado había sido sacado en procesión en 1894 por algunos futuros hermanos). Si pensamos egoístamente, D. Cayetano no necesitaba para nada fundar otra Cofradía o tomar mayores responsabilidades pero sabemos de su generosidad y visión sagaz e inteligente de las cosas: una talla así no podía estar sin culto en condiciones apropiadas. Y, una vez más, sin regatear esfuerzos (ni bolsillo) participa en la fundación de la Cofradía que sale por primera vez en 1895 (prevista en Jueves Santo pero que tuvo que postergarse al Viernes por culpa de la lluvia). En esa primera procesión, las andas del paso estaban repletas de objetos de plata e iluminación eléctrica.

Desde el principio, la Cofradía tuvo el sustrato ideológico del Prioste D. Cayetano pues incluyó una sección de mujeres, un artículo obligando a los hermanos a ayudar a la Cofradía de Humildad y Paciencia (si lo necesitaban) y otros detalles para los cuales no tenemos espacio para detallar. La hermandad sería la gran "beneficiada" de los desvelos de D. Cayetano: adquiriendo en 1896 a la Junta de Procesiones una imagen de una Virgen de las Angustias (actualmente en la capilla del Nazareno), peana de plata, sol eléctrico para su altar de cultos, prestando las bandejas de plata, sufragando muchos de los gastos de la cofradía, etc.

En 1895, sale ya la cofradía por primera vez y en dicha procesión sale Cayetano del Toro con su hábito con cola y capirote de terciopelo negro. Como un penitente más. Como un hermano más. El que era Prioste, fundador y alma máter de la Cofradía, salía discretamente entre los demás hermanos.

Son muchas las anécdotas de esas procesiones: como cuando paraba delante del domicilio de D. Cayetano en la calle José del Toro y entraban los participantes a tomar un refrigerio para los adultos, y dulces para los niños. Hecho que por descuido por poco acaba con el incendio del paso de misterio un par de veces. O el lujo y variedad de elementos que integraban la procesión: la escuadra romana (integrada por hermanos de Ecce-Homo), carrozas con niños vestidos de angelitos, cruz de perlas iluminada eléctricamente, paso de San Juan Bautista, la Mujer Verónica, Suizo (bastonero) Profetas Mayores, trompeteros, Sibilas, Virtudes Teologales o la banda de la columna infantil de marinería (una milicia infantil que disponía de banda muy solicitada por su calidad) así como bandas militares, etc.

Tampoco debemos olvidar que pertenecieron a la cofradía diferentes parientes de la familia del Toro (su esposa como Protectora, Dña Carmen Calatrigo de del Toro; y sus hijos José y Enrique) y de la familia de su esposa (Carmen Calatrigo de Peralta -creemos que prima de su esposa).

A su muerte, en 1915, la cofradía entrará en una crisis y letargo general hasta 1921, en que, propiciado por su hijo Enrique del Toro Calatrigo, retoma su actividad e impulso. No debió ser fácil asumir la pérdida del que fue "Padre del Pueblo" y "Padre de la Hermandad de la Buena Muerte" (recordemos que fue el Prioste -Hermano Mayor- desde la fundación hasta su fallecimiento). Lógicamente, debió ser un duro golpe para la organización y los sentimientos de la cofradía perder a D. Cayetano. Hace más de cien años….

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