Sanlúcar se echó ayer la calle para acompañar a las dos hermandades del Miércoles Santo en los más diversos lugares de la ciudad por donde pasaron con sus cortejos de nazarenos, que son de los más nutridos de la Semana Mayor local. De hecho, las cofradías de Los Estudiantes y Los Dolores figuran entre las hermandades sanluqueñas más queridas.

La cofradía que tiene su sede en la Parroquia de Santo Domingo, que este año retrasó su salida procesional media hora, empezó a lucir su único paso por la recién remodelada calle del mismo nombre, además de Carnicería y Fariñas, antes de hacer disfrutar a los fieles en el Carril de San Diego. Tras un larguísimo cortejo de penitentes, el paso siguió desfilando luego por algunos de los rincones más interesantes de la Semana de Pasión en el Barrio Alto de Sanlúcar, como las calles Cuna y Santiago. Ya de noche, la Hermandad de los Estudiantes, cada vez arropada por más público, bajó la Cuesta de Belén para posteriormente realizar un elegante tránsito por la Carrera Oficial del centro. Las calles Diego Benítez y Mar también sirvieron a esta cofradía la posibilidad de brillar con su paso sólo unos minutos antes de la recogida.

Por su parte, la Hermandad de los Dolores reunió, como cada Miércoles Santo, a una gran multitud de cofrades en el entorno del Mercado de Abastos, donde se encuentra su templo, la Iglesia de la Santísima Trinidad, en la salida y, especialmente, en la recogida, ya de madrugada. Con sustanciales cambios en su itinerario, la cofradía de la Plaza emoció al público más sensible a lo largo de todo su desfile, con mayor intensidad en enclaves como la Cava del Castillo y las calles Descalzas y Misericordias, en el corazón del Barrio Alto. La espectacular bajada de sus pasos de misterio y de palio por la Cuesta de Belén tuvo su continuidad en la Carrera Oficial del centro, en torno a la medianoche. Las calles Zárate, Carmen Viejo y Trascuesta estrenaron vivencias nocturnas de esta cofradía, que las ha elegido para la última parte de su recorrido procesional, completada siempre con una concurridísima recogida en el entrañable templo que mira al Mercado de Abastos.