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Pablo Chaves. Vice-hermano mayor de la cofradía del Caminito.

"Con 11 años fui consciente de mi suerte por vivir la Magna"

  • El gaditano Pablo Chaves participó con su cofradía en el gran cortejo de 1982, y el Sábado Santo volverá a procesionar

"Cuando nací, no sé si mi padre me inscribió antes en la hermandad o en el registro civil", bromea Pablo Chaves, que lleva más de 40 años vinculado a la cofradía del Caminito. Con ella participó, cuando tan solo tenía 11 años, en la Procesión Magna de 1982. En estas líneas la rememora y habla también de la que se celebrará este Sábado Santo.

-Procesión Magna de 1982. ¿Qué recuerdo le viene a la memoria?

-El de un grupo de personas que corrían y trabajaban a destajo porque querían mostrar algo que hasta ese momento no era la imagen de la cofradía de las Angustias en las calles de Cádiz. Tenía entonces 11 años, y era plenamente consciente de la suerte que tenía por lo que estaba viviendo. Era algo excepcional, como lo va a ser también la Magna del próximo Sábado Santo. Animo a todo el que pueda a vivirla y disfrutarla. Yo tuve la suerte de vivir con mi padre la Magna de hace 30 años. Junto a él trabajé, soñé y disfruté de unos momentos desconocidos para todos. Y también estuve rodeado de muchas personas que el Sábado formarán parte del cortejo.  

-¿Y cómo vivió ese día? ¿Qué sensaciones le transmitió la Magna? 

-La viví en primera persona puesto que formé parte de los miembros de la cofradía que salimos en procesión. Pero muchos meses antes ya se pensaba en hacer algo diferente, eran muchos los hermanos y devotos que pedían una modificación del paso y la colocación del calvario. El Jueves Santo nos vimos en la capilla para desmontar nuestra candelaria y se inició la fabricación del monte. Fueron días y noches de trabajo, pero también de esperanza e ilusión. Y con el deseo de que nadie lo supiera. La salida fue impresionante. Recuerdo las primeras caras en la calle, la sorpresa que causó tener dos tambores (de la extinta banda de Nazareno del Amor) que nos marcaban el paso, las ganas de llegar a la Catedral... Y también, como nota a destacar, el intenso trabajo. Fue tanto el empeño y el esfuerzo, que varios miembros de la hermandad cayeron enfermos tras esa Semana de mucha pasión.

-¿Cómo recibió la noticia de que en 2012 se celebraría en Cádiz otra Magna?

-Con la esperanza de rememorar lo que había vivido años atrás. Ahora, con más edad, lo que sí he encontrado es una realidad en la que todo no es bello y en la que las dificultades existen. Pero mi hermandad ha querido estar en el cortejo, y agradezco a todos los que han trabajado para que así sea. Yo estoy con la ilusión de que otros vivan lo que yo viví y sentí hace 30 años. En este sentido, dentro del cortejo estaremos representados todas las edades, y dentro de bastantes años muchos recordarán haber vivido el cortejo en primera persona.

-¿Y qué espera de este Sábado?

-Espero ver a mucha gente en la calle, que se respire mucha ilusión y se transmita mucho amor a nuestros titulares. Y sobre todo ganas por ofrecer a quienes nos vean la realidad de unas hermandades con un patrimonio cada vez mejor, mejor conservado y que tienen el deseo de seguir siendo altares en la calle.

-¿Hay algo que no le guste o que cambiaría?

-No me gustan los impedimentos que se producen en mi ciudad. Y tristemente, en muchos casos, no los encontramos en el exterior, sino en el propio mundo cofrade. Pero seguro que el Sábado nos olvidaremos de esas dificultades.

-Imagino que en Semana Santa el recuerdo de su padre, un histórico de la cofradía del Caminito, es aún más intenso. ¿Le debe a él su pasión por el mundo cofrade?

-Por supuesto que debo a mi padre el cariño a mi hermandad y ser lo que soy en el mundo cofrade. Por su saber estar se me abrieron las puertas del Consejo (con tres presidentes) y del Secretariado Diocesano. Luego he trabajado en dichos órganos con seriedad y con el deseo de aportar, pero fue mi padre quien me mostró el camino correcto .

-Usted es profesor, ¿se ilusionan los niños y adolescentes con la Semana Santa o considera que las nuevas generaciones no viven con el mismo interés y respeto esta conmemoración anual cristiana?

-Las hermandades llegan a los niños y a los no tan niños de la mejor forma, y su valor dentro de la Iglesia actual es muy importante. Con nuestros errores, nuestro trabajo, nuestra constancia y nuestro interés somos atractivos y llegamos a mucha gente.

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