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Miércoles Santo

Sentencia

  • La salida de los dos pasos de Sentencia se vio dificultada, como cada año, por las dimensiones de la puerta, motivo por el cual tienen que realizar varias labores de montaje

La salida a la calle de algunos pasos procesionales salvando las estrecheces de la puerta del templo son dignas de estudio en algunos casos. Y uno de ellos es el de Sentencia. Sacar los dos pasos, especialmente el de misterio, supone toda una operación de desmontaje y montaje que ayer volvieron a realizar los cofrades de Sentencia. Una cofradía que plantó su Cruz de Guía en la plaza de la Merced diez minutos antes de la hora fijada, mientras el director espiritual, Pedro José Rodríguez, dirigía la oración.

La maniobra del misterio -que estrenó ayer la restauración completa, con una nueva parihuela y otros elementos que remataban ese proyecto de recuperación- es la siguiente: el paso sale a la calle sin los faldones ni los respiraderos laterales, sin la parte baja de las patas y sin el remate del trono de Pilato. Los cargadores, en un esfuerzo titánico, llevan el paso agachados y con el palo sujeto con un brazo. Una vez en la calle, toca poner las patas y colocar los faldones, los respiraderos -que los cargadores llevan a la calle con guantes para proteger el dorado- y el remate del trono. A pesar de ello, a las seis y media de la tarde el misterio ya estaba en pie y comenzaba su andar, con izquierdos, a los sones de En el cielo de tu Gloria, de la banda del Rosario.

En el caso del paso de palio, que llevaba delante un nutrido grupo de mujeres vestidas de mantilla, como en Cigarreras, la maniobra se hace a ruedas. Y una vez en la calle, hay que subir el paso -que sale casi a la altura de los respiraderos-, quitar las ruedas, colocar las patas, colocar el pollero y arreglar el manto y colocar también la corona o remate de la bambalina frontal.

Una vez superada estas dos complicadas maniobras, eran las siete en punto de la tarde cuando la Virgen del Buen Fin se levantaba y la banda de Pedro Álvarez Hidalgo interpretaba la marcha Coronación, de Manuel Marvizón. Menos de una hora para desarrollar toda una labor de montaje para que la grandiosidad del paso de misterio y la altura habitual de un palio puedan salir a la calle desde la iglesia de la Merced.

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