Semana Santa

Procesionar abanderando la máxima de querer es poder

  • Un menor de seis años con Espina Bífida acompaña como penitente a la Amargura

Querer es poder. Ésta es la máxima que, con sólo seis añitos, abandera Sergio. El pequeño rogó a su madre salir este año de penitente con la Virgen de la Amargura de la cofradía de Humildad y Paciencia, y no es que no sea consciente, a su corta edad, de la patología que padece. Todo lo contrario. Explica su madre, Nani, que sabe perfectamente que su cuerpo está afectado por la enfermedad de Espina Bífida y que también padece Hidrocefalia: "Él se lo explica a todo el mundo y no tiene problemas por mostrar los aparatos de sujeción que debe utilizar par andar, pues como no tiene sensibilidad de los tobillos para abajo precisa de esos aparatos para sostenerse en pie. Y también habla de la Hidrocefalia con total normalidad. Lo tiene muy asumido a pesar de su corta edad. Es un niño muy dispuesto, sin complejos. Y gracias a Dios, no tiene problemas de integración".

Ayer, Domingo de Ramos, el pequeño se echó por encima la túnica y realizó el desfile procesional como uno más. Solo le diferenciaba del resto de penitentes su calzado. Él llevaba zapatillas deportivas negras en lugar de zapatos castellanos.

Horas antes de procesionar, el menor no disimulaba su nerviosismo. Estaba ansioso por "salir de la iglesia y hacer el recorrido entero, entero". Y con el mismo convencimiento, agregó: "no voy a descansar ni un ratito". Ésa era al menos la intención del extrovertido chaval antes de colocarse el capirote.

Asimismo, para que nadie dude de su capacidad de aguante, el pequeño advirtió que corre "un montón". "Hago carreras con mi hermana que tiene 11 años y siempre le gano yo".

Este año se estrena como penitente gracias a la cofradía de Humildad y Paciencia, que comprometida con la Asociación Gaditana de Espina Bífida e Hidrocefalia ha invitado a menores inscritos en la misma a procesionar. Sergio no sólo rogó a su madre ser él uno de los elegidos, sino que ya le ha manifestado sus ganas de cargar el paso. "Pero me ha dicho mamá que tengo que esperar a ser más alto. Cuando esté en segundo lo haré", afirmó convencido el pequeño.

Nani aplaude la iniciativa del palco habilitado frente a la Iglesia de Santiado, al que tiene intención de acudir con su pequeño en estos días. "Ha sido una idea muy buena, y no lo digo solo como madre afectada, sino como ciudadana. Es que es justo facilitarle las cosas a todas esas personas con discapacidad o problemas de movilidad. Es simplemente darles su sitio, darles su sitio dentro de la sociedad. Deberían salir más iniciativas como ésta". Y agrega: "Debemos apreciar y ser conscientes de lo que significa ese palco para esos niños que están impedidos y que no tienen la capacidad de movimiento de los críos que no padecen su enfermedad".

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