Puerto Real

Pasión, Dolores y Misericordia

  • El Lunes Santo se vivió con grandeza en la Prioral de San Sebastián

El lunes Santo en Puerto Real es lunes de Dolores. Día de una de las cofradías más arraigadas a la localidad: la Antigua y Venerable Hermandad de Penitencia de María Santísima de los Dolores y del Santísimo Cristo de la Misericordia en su Traslado al Sepulcro.

En el atrio de la Prioral de San Sebastián se agolpó el público para disfrutar de la salida procesional de esta hermanad, la primera en hacerlo desde la Iglesia Mayor. Ayer, la puerta de la Epístola se abrió antes de lo habitual, ya que la hermandad decidió adelantar este año su salida hasta las seis de la tarde, así como su recogida, fijada para las doce de la noche. Uno de los motivos era la numerosa presencia de niños que acompañaron a la cofradía, como ayer se hizo evidente nada más salir la cruz de guía a la calle.

El cuerpo de acólitos del cortejo estuvo formado por primera vez por los jóvenes de la cofradía

Sobre raíles y con la cruz tumbada -para salvar con precisión las medidas de la puerta de la Prioral- salió el paso con los acordes de la Banda de Cornetas y Tambores Jesús Despojado, de San Fernando, que acompañó a la hermandad por primera vez.

Tras desfilar por el atrio entre aplausos, los costaleros volvieron a entregarse para bajar el paso por la rampa que salva los escalones de la puerta principal y empezar, ahora sí, a procesionar por las calles del centro.

Nada más abandonar la calle Ancha, entrando en San José, al pasó le llovió la primera petalada desde un balcón para, unos metros más adelante, detenerse al escucharse la primera de las saetas que ayer regalaron a la Virgen y al Cristo.

El desfile de la hermandad dejó momentos muy destacados. Uno de ellos fue el siempre emotivo paso por la congregación de las Hermanas Filipenses, una referencia de esta cofradía. Y es que fue en la capilla de las Filipenses donde la hermandad empezó a reorganizarse en 1998 tras desaparecer, como tantas otra,s durante la Guerra Civil.

Los cofrades también llegaron a la iglesia conventual de la Victoria y al callejón del Obispo por donde la hermandad no procesionaba desde hacía ya mucho tiempo. La estrechez de la calle obligó a los costaleros comandados por Rafael García Fontaiña a darlo todo , antes de entrar en la Carrera Oficial, de recogida.

A los respiraderos y caídas del paso que el pasado año estrenaron, la nueva junta de gobierno de esta hermandad sumó ayer varias novedades más. Una de las más importantes era el cuerpo de acólitos, que por primera vez estuvo formado por hermanos jóvenes de la propia cofradía. Ellos estrenaron una pértiga, la naveta para el incienso, así como los roquetes.

Alrededor de 120 hermanos procesionaon en el que ha sido el primer desfile de la nueva junta de gobierno de los Dolores, que hace poco tomó posesión renovándose todos los cargos. En la presidencia de la procesión figuraba el director espiritual de la hermandad, el padre marco Antonio Huelga de la Luz, y el párroco de San Sebastián, el padre José Carlos Mellado.

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