Calle Santiago Terry. Residencia Alvernia. Puertas y ventanas abiertas de par en par. Se asoma una saeta. Ancianas que aguardan expectantes en la acera, sentadas. Y una alfombra de pétalos que dejan caer a la llegada de Jesús Nazareno del Amor. Ésta es una de las estampas que regala el Lunes Santo en la capital gaditana. Una estampa única, como otras muchas que genera esta jornada cofrade. Entre ellas, el desfile de la cofradía de La Palma por el barrio de La Viña, el paso de Jesús en su Prendimiento por la Alameda, y el recorrido que realizan los hermanos de la Vera-Cruz por la calle San Pedro, ya de recogida.

Y si a esas bellas imágenes acompaña el buen tiempo, una ciudad que se echa a la calle para contemplarlas y un buen hacer de los hermanos cofrades, como ocurrió ayer, se puede afirmar que el Lunes Santo de 2009 cumplió con las expectativas. 

La archicofradía viñera, que  inauguró la jornada, fue puntual a su cita con la Semana Santa, e igualmente lo fue durante todo su recorrido. Este año, a consecuencia de las obras del Mercado de Abastos, el Santísimo Cristo de la Misericordia y María Santísima de Las Penas procesionaron por calles como Alcalá Galiano, Sacramento y Barrié. Un dato: el paso de palio que dirige Ramón Velázquez recorrió el tramo que comprende desde Hospital de Mujeres esquina con Alcalá Galiano hasta el edificio de Correos, en la plaza Topete, sin tocar fondo.  

Con este cambio de itinerario, el Campo del Sur se quedó ayer huérfano, y centenares de bellas estampas se quedaron en el tintero. Una pena.

Huérfanas también se quedaron muchas de las sillas que ofrecen descanso en la plaza de la Catedral. En este rincón de la ciudad, el calor sofocante cedió protagonismo a una ligera brisa, algo que agradeció el público, pero sobre todo los penitentes y las cuadrillas. Algunos cargadores expresaron su temor a las altas temperaturas antes de desaparecer bajo el paso. Y algunos tuvieron que abandonar la carga del Nazareno del Amor antes de lo previsto por esas altas temperaturas.

Justo antes de que los cortejos salieran a la calle y sintieran el abrazo del sol, las cuatro cofradías del Lunes Santo, a través de sus directores espirituales, expresaron su rechazo a la reforma de la Ley del aborto que ha planteado recientemente el Gobierno Central.   

A las siete de la tarde, cuando la Virgen de la archicofradía de La Viña accedía al primer templo de la ciudad entre aplausos, la cruz de Guía del Nazareno del Amor aguardaba paciente en la desembocadura de la calle Pelota.

La puntualidad acompañó a los cuatro cortejos, y a uno de ellos, el de la Vera-Cruz, también se sumó  la sobriedad, como es costumbre. Las otras tres hermandades se sintieron especialmente arropadas por sus respectivos barrios.

Donde el ambiente ayer resultó algo frío y desangelado fue en El Palillero, aunque el paso de la Virgen de las Penas levantó gran expectación a su paso.