Diario Cofrade

Un pescaíto se hace presente en la Cena

  • El pequeño Gabriel, que también estaba de manera siimbólica en un cirio, y los niños de Getafe fueron recordados por Pascual Saturio

Niños en el cortejo, muchos. También en una nutrida representación de acólitos de escasa edad delante del paso e la Sagrada Cena. Niños en la acera viendo la cofradía pasar. Pero por encima de todos destacaba uno que ya no está, uno que está en los corazones de todo el mundo y cuyo nombre estaba estampado en un cirio que portaba, como no, otro niño en la primera sección: Gabriel. El prior de los dominicos se encargó de recordarlo antes de la salida y señaló que se iba a pedir por todos los niños que habían volado del mundo de los hombres al Cielo. Además de Gabriel, también querían recordar a los dos pequeños que fueron asesinados por su padre en Getafe hace poco tiempo.

Y además de niños también estaba el recuerdo para algunos de los hermanos desaparecidos en los últimos años como Pepe Allely o Manolo Aragón, gente que hicieron grande esta hermandad "y que en el Cielo nos ayudan más incluso que cuando estaban con nosotros", tal y como dijo el hermano mayor Benjamín Muñoz Freire.

Y en Santo Domingo algunos ilustres hermanos de esta corporación en la actualidad como el ex hermano mayor, José María Caro, Miguel Ángel González, el que fuera capataz Jorge Gómez y Paco Nondedeu.

Una hora después de lo previsto tras la amenaza de lluvia que acechaba a las primeras cofradías, se abrían las puertas en la iglesia de Santo Domingo. Poco antes el mayordomo Jaime Álvarez le hacía entrega de la hermandad al fiscal, Luis María Barroso, que por su cargo es el que tiene toda la responsabilidad en la calle.

La alta cuadrilla que porta el paso de misterio de la Sagrada Cena fue entrando en el pozo y enfiló hacia la puerta para salir al Compás de Santo Domingo comandados por Eduardo Doeste. Con mucha pericia y cargado al hombro se pudo atravesar la puerta y salir por fin a la calle. Una de las marchas que más se interpretaron ayer, Y tú, Estrella fue la primera que sonó, a la que le siguió Macarena, interpretadas ambas por la banda de cornetas y tambores Nuestro Padre Jesús Nazareno Rescatado de Valdepeñas (Ciudad Real), que constituía una de las novedades que presentaba esta cofradía.

Se dio la circunstancia que mientras el paso empezaba a asomar por Sopranis, la cruz de guía del Despojado empezaba a llegar por Plocia, la paralela.

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