Semana Santa 2019 | Reportaje

Entre la nostalgia y la necesidad

  • La hermandad de Descendimiento se pasa al Viernes Santo tras deambular entre la Madrugada y el Jueves

El paso de la cofradía del Descendimiento en su salida de 2018.

El paso de la cofradía del Descendimiento en su salida de 2018. / lourdes de vicente

La Semana Santa gaditana solía ser bastante inmovilista en cuanto a la configuración de cada una de las jornadas. Normalmente, cada una de las corporaciones se ha mantenido fieles a la jornada que tradicionalmente ha ocupado. Sin embargo, en los últimos años se han encadenado una serie de cambios que la han variado ostensiblemente, afectando especialmente a la Madrugada del Viernes Santo, que ha sufrido una desbandada al solo quedar en ella la cofradía del Perdón.

La principal novedad de la presente Semana de Pasión la protagoniza hoy la hermandad del Descendimiento, que se marcha del Jueves Santo –aunque su lugar casi siempre ha estado en la Madrugada del Viernes Santo– para pasarse al Viernes Santo. Como le sucedió a otras corporaciones en su momento, la nostalgia siempre estará presente, pero la necesidad obliga a tomar un cambio de rumbo.

Tal y como explica el hermano mayor de Descendimiento, Antonio Macías, el motivo principal de la modificación de la jornada de salida se debe a la corta nómina de hermanos que han formado parte del cortejo en los últimos años, aunque también lleva implícita una queja por las continuas variaciones de horario que ha sufrido últimamente. “Hemos tenido una sangría espectacular de hermanos. Ha caído en picado desde que el Consejo no sabía dónde ponernos”, cuenta Macías.

De hecho, para poder acoplar los horarios del Jueves Santo y la Madrugada no ha tenido un lugar fijo en los últimos años. Por ejemplo, en 2018 salió a las 11 de la noche del Jueves Santo, lo que volvió a acrecentar la sensación que existe en esta hermandad de ser “un comodín”. “No es que eleváramos una protesta porque acatamos las decisiones al debernos a la Iglesia, pero hicimos notar nuestro malestar”, asegura el hermano mayor de Descendimiento.

Por este motivo, Macías afirma que la decisión refrendada por los hermanos “no ha sido a la ligera y ha sido muy meditada”. Y es que tiene la sensación de que “la hermandad necesita asentarse en un horario y que nos acostumbremos a él. Los vaivenes no son buenos y nos perjudican notablemente”.

Aunque entiende que las conclusiones sobre el cambio se sacarán después de Semana Santa, sí reconoce que “en principio ha habido un repunte positivo de hermanos” que van a acompañar hoy –si el tiempo lo permite– a los titulares del Descendimiento por las calles gaditanas. Junto a esto, también valora la posibilidad de que haya más público viendo a la cofradía. “El año pasado, cuando salimos de Novena y nos metimos en San Miguel fuimos solos hasta que llegamos a San Lorenzo, en donde sí había muchísima gente”.

La mayoría de las cofradías valoran positivamente sus cambios de jornada

Una de las que se encuentra satisfecha por el cambio de día es la Venerable Orden Tercera de Servitas Esclavos de María Santísima de los Dolores Coronada, que desde 2016 volvió al Viernes de Dolores. Su prior, Rafael Guerrero, valora “muy positivamente en todos los aspectos” el cambio de jornada “tanto desde el plano espiritual como desde el plano del número de hermanos que se acercan a la salida y a los cultos internos previos, y a la cantidad de personas que hay en la calle para hacer la manifestación pública de fe y de marianidad, que es también para lo que se realiza la salida”.

Guerrero defiende que el principal beneficio del paso al Viernes de Dolores es por el apartado espiritual. “Nosotros lo que queremos es fomentar la festividad de Santa María al pie de la cruz, que se celebra el Viernes de Dolores y es propia de los Siervos de María. Nos creemos en la necesidad de compartirla tanto con la Iglesia Diocesana, por eso vamos a la Catedral, como con todo el pueblo de Cádiz. Por eso, es una alegría salir de Catedral y ver la plaza llena”, apunta el prior de Servitas.

Ante la costumbre que se había implantado hasta hace poco de procesionar el Viernes Santo, Guerrero recuerda que Servitas solo ha procesionado en esta jornada entre 1967 y 2015. A pesar de esto, reconoce que “siempre hemos dicho que estábamos a gusto el Viernes Santo, pero queríamos recuperar nuestro día como tienen otras fraternidades”. Así, además de aumentar la nómina de hermanos que acompañan el palio de Dolores, señala como una de las ventajas la tranquilidad con la que puede hacer la estación de penitencia en la Catedral por ser la única procesión del día. “Nos permite no tener que hacer una oración corriendo ya que podemos posicionar a todos los hermanos en la parte central de la Catedral”, comenta.

Una de las hermandades que ha vivido una evolución importante con el cambio de día es la de Sanidad, que en 2011 comenzó a procesionar el Martes Santo tras hacerlo en la Madrugada. Su hermano mayor, Manuel Ruiz de Quintanilla, explica que esta decisión “no fue un capricho, ya que obedecía a que la Madrugada se estaba volviendo peligrosa, entre comillas”. Unas faltas de respeto de una parte del público que hicieron que la cofradía debatiera esta situación. A esto se suma que “salir a las 12 de noche y recogerse a las seis de la mañana no era un horario indicado para la juventud, por lo que no podíamos crecer en ese segmento de hermanos y penitentes. Eso lo ha ganado la hermandad”.

Aunque está satisfecho por el resultado del cambio de día, Ruiz de Quintanilla no se olvida del pasado de Sanidad. “Existen los nostálgicos que todavía se acuerdan de la Madrugada. Yo me encuentro entre ellos, pero de nostalgia no se puede vivir. Lo nuestro fue por pura supervivencia y salió bien”, asevera el hermano mayor.

Por ello, remarca que no se plantea el regreso a la Madrugada del Viernes Santo. “No sería serio. El cambio es irreversible ya que los efectos han sido positivos”, manifiesta Ruiz de Quintanilla.

Todos los cambios de día no han sido satisfactorios para las hermandades que los han realizado. Así, al menos, lo considera el hermano mayor de Medinaceli, Ismael Pampará, que no está de acuerdo con la decisión que los hermanos tomaron en un cabildo en 2010 para que desde 2011 procesione el Jueves Santo. “Yo no sé el motivo por el que convocaron ese cabildo”, sentencia Pampará, que, de hecho, indica que “yo no asistí porque no estaba conforme”. Sin embargo, le ha tocado gestionar este cambio desde que accedió al cargo en 2011. En estos años ha visto los efectos negativos de esta decisión. “En cuestión de hermanos no hemos tenido una evolución, sino que se ha reducido”, señala Pampará, que por el otro lado sí constata que el cortejo “lo ve más público en la calle, pero esto tampoco es un espectáculo, ya que vamos de penitencia rezando el vía crucis”.

La posibilidad de regresar a la Madrugada del Viernes Santo está latente en Medinaceli. De hecho, resalta Pampará que “en una Junta de Gobierno en enero me pidieron hacer un cabildo extraordinario para cambiarlo. Eso fue en enero y hubiera sido para celebrarlo en marzo. Me quedan dos meses en el cargo y no consideré oportuno cambiarlo. He tenido tiempo antes para modificarlo y no podía hacerlo a última hora”.

Por su parte, la cofradía del Santo Entierro se encuentra bien asentada en el Sábado Santo, jornada a la que regresó en 2010. Su hermano mayor, Fernando Díaz, resalta que “el principal beneficio ha sido dejar de salir en un horario tan tardío con la recogida bien entrada la madrugada”.

Junto a esto, también constata que, aunque “no es un cortejo potente”, para este año “por primera vez en mucho tiempo llevamos 135 penitentes que han pagado su control de salida”. Junto a esto, resalta que “llevamos 11 niños monaguillos, algo que un Viernes Santo sería imposible”. Con todo, el objetivo que se marca la cofradía es “ir aumentando el número de hermanos y de autoridades que acompañan a los titulares”. Asimismo, también se plantea que la salida procesional “se vaya alejando de la hora del almuerzo”.

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