Diario Cofrade

El luto de la Soledad inundó la Villa

  • El Cristo desfiló fuera de la Sagrada Urna y la Virgen, de riguroso negro, como cada cinco años

Los hermanos de la Cofradía de Nuestra Señora de la Soledad y Santo Entierro de Nuestro Señor Jesucristo pudieron el pasado Viernes Santo realizar su estación de penitencia pese a que el tiempo no puso las cosas fáciles a los cofrades. Primero por el viento que soplaba en la Plaza Madre Loreto a la hora de la salida de la hermandad desde la Iglesia Conventual de la Victoria; y luego por la amenaza de lluvia que acompañó a la procesión durante todo el recorrido, que hizo que los hermanos acelerasen el paso adelantando la recogida más de media hora.

La del Viernes Santo era una salida especial para los cofrades. La que sólo se repite cada cinco años cuando el Cristo Yacente procesiona fuera de la Sagrada Urna, sobre un catafalco de plata, y la Virgen de la Soledad luce esplendorosa vestida de riguroso luto, resaltando aún más la espectacular talla de la insigne escultora Luisa Roldán La Roldana. Así pues, se esperaba con mucha expectación esta salida procesional, ya que tanto en 2013 como en 2008 no pudieron salir de este modo a causa de la lluvia.

Por eso, cuando las puertas de la Victoria se abrían y la Banda de Música Pedro Álvarez Hidalgo interpretaba una marcha fúnebre para la salida del Cristo Yacente, el público respiraba tranquilo. El Señor ya estaba en la calle y comenzaba su caminar después de que Francisco Ardila, uno de los antiguos capataces de la hermandad, diese la primera levantá. La expectación era máxima para ver a la Virgen de la Soledad, una de las imágenes más devocionales de la Villa, que ayer volvía a ser centro de todas las miradas. Fue Juan Antonio Rosado, ex capataz del paso de palio, quien dio la primera levantá aún en la plaza Madre Loreto.

Puerto Real salió a la calle para disfrutar de la Hermandad del Viernes Santo y también fueron muchos los vecinos de otras localidades que volvieron a la Villa para disfrutar de la salida de la Soledad, que horas antes de iniciar el recorrido también anunciaba en la redes sociales el Archivo Histórico Provincial de Cádiz, destacando la importancia de la talla de la Soledad de La Roldana, la única dolorosa de la autora que se ha podido documentar. El Cristo Yacente también se atribuye a la autora.

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