Diario Cofrade

Una lluvia incontable de estrenos para la coronación de la Virgen de las Penas

  • Hermandades, instituciones y decenas de devotos siguen regalando joyas y piezas patrimoniales a la Virgen de las Penas

Los detalles materiales son constantes. Regalos por doquier para la segunda Dolorosa que Cádiz tendrá coronada. Otro de los aspectos en los que está destacando este acontecimiento histórico que se producirá este domingo y que la ciudad está viviendo desde hace meses, e intensamente en estos últimos días, es el de las numerosísimas donaciones que está recibiendo la hermandad de La Palma para el ajuar y el joyero de la Virgen de las Penas. Con los hermanos de la cofradía y los devotos de la Dolorosa volcados desde hace años, varias han sido las instituciones y casi la totalidad de hermandades de la ciudad las que han entregado un obsequio a la Virgen con motivo de su coronación. Hasta tal punto, que prácticamente todo lo que luzca la Dolorosa el domingo en el pontifical de su coronación y en la procesión vespertina de regreso a la Viña será nuevo; como nuevos han sido también buena parte de los elementos que ha lucido estos días en los traslados a Santo Domingo y a la Catedral o en el besamano a los pies de la Patrona.

El estreno principal, qué duda cabe, es el de la corona, realizada por el cordobés Manuel Valera y presentada el 14 de agosto del pasado año. Una obra de una gran factura realizada en oro y plata a base de donaciones de joyas de hermanos de la cofradía, devotos de la Virgen, vecinos del barrio y gaditanos que han participado en este proyecto rematado con un espectacular diseño que plasma en la orfebrería infinidad de detalles de Cádiz y de referencias a La Palma.

De notable importancia es también el estreno de la saya que el domingo lucirá la Virgen de las Penas y que ha sido donada por la cuadrilla de cargadores que dirige Ramón Velázquez, junto a varios devotos que se han querido sumar a esta iniciativa plasmada en bordados de complicada técnica y ejecución por el granadino José Manuel Martínez Hurtado. Y a juego con la saya se estrenará un manto para cultos, bordado igualmente por Martínez Hurtado sobre terciopelo rojo.

La de coronación no es la única saya realizada para este momento, ya que el gaditano José Luis Martínez ha realizado otra saya -la que vistió la Virgen el miércoles en su traslado a Santo Domingo- donada por los jóvenes de la hermandad y realizada a partir de piezas bordadas antiguas que conservaba la hermandad y que han sido dispuestas sobre tisú de oro.

Junto a la corona de coronación, la Virgen ha estrenado en el traslado a la Catedral una diadema de orfebrería sobredorada con aderezo de plata y perlas que ha donado la cuadrilla de cargadores del Cristo de la Misericordia y que ha realizado en Sevilla el orfebre Manuel Casiano.

En relación a la vestimenta de la Dolorosa de la Viña, también se estrena con motivo de la coronación el tocado, los encajes, un segundo fajín y el pañuelo, todo ello donado por hermanos y devotos.

Lo que es incluso difícil de contabilizar es la cantidad de joyas (broches, pendientes, anillos, rosarios, pulseras…) que desde que se conoció que la Virgen se iba a coronar está recibiendo la hermandad, especialmente en estas últimas semanas. Rara es la cofradía que no ha querido sumarse a la alegría de La Palma por este acontecimiento regalando algún detalle a modo de joya para la Virgen, como también han querido ser partícipes instituciones como el propio Consejo de Hermandades, la banda de cornetas y tambores de la Vera-Cruz de Utrera o la comunidad de Padres Dominicos de Cádiz, que con motivo de la estancia en Santo Domingo regalaba junto a la Archicofradía del Rosario y la hermandad de La Cena un broche con el escudo dominico.

El Despojado fue la hermandad que abrió esta veda regalando a la Virgen una azucena que precisamente ha llevado este viernes en su traslado a la Catedral; y a partir de la corporación salesiana, han sido innumerables las donaciones. La cruz de Santiago propia de Piedad, el rosario que hace alusión a la advocación de la Dolorosa del Perdón, la medalla de María Auxiliadora o de Afligidos, el escapulario carmelitano, el escudo de Expiración junto a un racimo de uvas símbolo de la Viña, un escudo pontificio bordado que la une con Humildad y Paciencia… Recuerdos imborrables y personales que evidencian el hermanamiento con el que se está viviendo esta coronación canónica y que junto a un aluvión de donaciones particulares hará que, como en los grandes acontecimientos, esta página de la historia de la Virgen de las Penas y de la cofradía de La Palma esté plagada de estrenos.

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