La Tribuna Cofrade

Semana Santa, ahora sí

  • Las cofradías ya preparan de manera contundente la llegada de un nuevo Domingo de Ramos

  • Se anuncian estrenos, se renuevan bandas y se cambian capataces, dos años después

La imaginería de las capillas del paso del Despojado, que va a ser policromada y estofada.

La imaginería de las capillas del paso del Despojado, que va a ser policromada y estofada.

Ya no hay tibiezas. De un día para otro las cofradías se encerraron en sus templos, y de un día para otro han vuelto a la calle. La pandemia remite a marchas forzadas, y las cofradías preparan ya con contundencia el regreso de la Semana Santa. Ya no se percibe la tibieza de los años anteriores, el sí pero no, el “vamos a esperar” a ver qué pasa. Las penitenciales ya van con los cinco sentidos pensando en la primavera de 2022, en ese soñado regreso que se ha eternizado en el tiempo. Y los signos de que la maquinaria ya ha puesto la directa a la Cuaresma y Semana Santa son evidentes y constantes. Como la reunión que mantuvieron el jueves las hermandades del Domingo de Ramos para ver los horarios e itinerarios, que en estos días se irán también planteando entre las cofradías de cada jornada. Como las convocatorias que vuelven a liderar los capataces dirigidas a sus respectivas cuadrillas. O como las renovaciones de bandas que casi a diario se vienen anunciando; o los cambios de martillo, que hacía dos años que no se tocaban y de repente han caído al menos tres.

Hasta los estrenos que veremos (Dios mediante) en las calles en abril ya se van conociendo. Ahí está el Nazareno con su paso nuevo, que saldrá con el frontal dorado; o el Despojado, que ha anunciado la policromía y estofado de toda la imaginería menor del canasto, que quedaría así culminado a falta de dorado; o Descendimiento, que ya tiene los dos faroles que quedaban para rematar la iluminación del paso de misterio; o La Cena, que lucirá la primera de las cuatro fases de dorado de los dos laterales del canasto, además de la imaginería de esa capilla y otras piezas de talla; o el Amor, que ya presentó el juego de ciriales para el servicio del paso de la Esperanza. Por citar solo algunos ejemplos de los que ya se han constatado que se estrenarán el próximo año.

El canasto del paso de La Cena, en el taller de Rafael Verano, de Rota. El canasto del paso de La Cena, en el taller de Rafael Verano, de Rota.

El canasto del paso de La Cena, en el taller de Rafael Verano, de Rota.

El decreto episcopal autorizando la vuelta al culto ha dado lugar a la renovación y contratación de bandas, después de dos años sin música. La mayoría opta por mantener los vínculos ya existentes con sus formaciones (como ha anunciado en las últimas semanas el Nazareno del Amor con la agrupación de la Encarnación de Sevilla y la banda de Conil, Despojado con Rosario de Linares o El Huerto con la Soledad de la Algaba tras el palio) y otras van a estrenar también acompañamiento en su vuelta a las calles, como Afligidos que prescinde de las cornetas y tambores de Rosario para recuperar la banda de música, en este caso maestro Enrique Montero de Chiclana; el Nazareno, que confía en la agrupación del Cautivo de Estepona; Expiración, que traerá a la banda de la Amargura de Jaén para acompañar a la Virgen de la Victoria; o Borriquita, que ayer sábado anunciaba el fin de una relación de casi tres décadas con Polillas.

Para el regreso más esperado a las calles estrenarán martillos Óscar Jiménez al frente del misterio de La Cena y como capataz general del Huerto, con Carlos Garrido en el palio; estando a la espera de que Cigarreras nombre nuevo capataz para su paso de misterio.

El contador sigue restando días (ya marca hoy 168 para el Domingo de Ramos) y en las casas de hermandad el trabajo ya es imparable de cara a la Semana Santa. Ahora sí.

EL DETALLE. Una boda que nació el día que el Caído llegó a San Francisco

Boda entre Rafael López, del Caído, y María Alonso, del Nazareno del Amor. Boda entre Rafael López, del Caído, y María Alonso, del Nazareno del Amor.

Boda entre Rafael López, del Caído, y María Alonso, del Nazareno del Amor.

La foto refleja la confirmación de un amor que nació y perdura en la iglesia de San Francisco. El amor que unió dos cofradías, la noche en que el Caído dejó el Parque para hacerse por día más franciscanas. Dos hermandades unidas en la familia que María y Rafael constituyeron ayer. El mismo día en que el Caído llegó a San Francisco se conocieron los novios; él del Caído, como manda la herencia familiar de un padre que ha sido miembro de la junta de gobierno; ella del Amor, con un padre que ha sido hermano mayor en época tan recordada. Y ante los titulares de las dos cofradías vecinas desde aquella noche en que se conocieron hace trece años se dieron el “sí quiero”. Dónde iba a ser si no la boda. Felicidades.

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