Diario Cofrade

Semana Santa en Cádiz: la hemeroteca del Martes Santo

  • Hace 100 años procesionó Piedad, en cuyo cortejo iba Angustias del Caminito

  • Hace 75 años salió, por segunda vez, el Señor de la Humillación

  • Hace 50 años Columna cambió su salida por un besapié al Señor

  • Hace 25 años se estrenaron piezas de los actuales pasos de misterio de Piedad y palio de Columna

El Señor atado a la Columna, en besapié el Martes Santo de 1971.

El Señor atado a la Columna, en besapié el Martes Santo de 1971.

En una Semana Santa de nuevo sin procesiones, recorremos la historia del Martes Santo durante el último siglo.

1921

La cofradía de Piedad era la única hermandad del Martes Santo hace un siglo. Y en su cortejo formó parte la Virgen de las Angustias del Caminito “con hermoso manto cuyo bordado ha sido terminado recientemente, exornado con lujosa candelería de plata, profusamente alumbrado con acetileno y cera y abundancia de flores naturales”.

El recorrido llegaba hasta Buenos Aires y San Antonio. Tras hacer estación, iba por Pelota, San Juan de Dios, Nueva, San Francisco, Columela, José del Toro, Valverde, San José, Enrique de las Marinas, Buenos Aires, San Antonio, Ancha, Novena, daba un pequeño rodeo por San Miguel, Sacramento y Barrié para volver a Novena, y ya bajaba por Montañés y Candelaria hasta su templo.

1946

Por segundo año consecutivo, la cofradía de Piedad contaba en su cortejo con el paso del Señor de la Humillación. El cortejo de esta cofradía era un compendio de autoridades civiles y militares encabezadas por el entonces gobernador de la ciudad, Ricardo Zamora. También en la música: la banda de cornetas y tambores de la Agrupación de Tropas de Sanidad Militar de la Segunda Región tras el paso de Humillación; y banda de música del Regimiento de Infantería de Cádiz.

En Ecce–Homo salían muchos cofrades “portando cirios de taza”. Y Columna se presentaba como una “popular cofradía” cuyo paso de la Virgen recibió durante el camino “varias coronas de flores que lucieron en los varales del artístico palio, de encaje y oro”.

1971

La cofradía de Columna sustituyó la salida procesional del año 1971 por una besapié al Señor. Las obras que se realizaban en la iglesia de San Antonio impedía salir a la calle a esta cofradía, que expuso a su titular en un curioso montaje con los respiraderos del paso de palio dispuestos en cruz tras el Señor, elevado sobre una peana.

Con la ausencia ya conocida de esta cofradía, sí tenían previsto ponerse en la calle las otras tres que ya hace 50 años formaban la nómina del Martes Santo. Pero la lluvia haría impsible finalmente que Piedad y Ecce–Homo pudieran plantar sus cortejos en la calle. Esta última corporación de la calle Ancha anunció que procesionaría en la jornada del Miércoles Santo, algo (trasladar de día la salida de la cofradía en lugar de suspenderla) relativamente habitual en aquellos tiempos.

Por tanto, sólo la hermandad del Caído procesionó por las calles de la ciudad ese Martes Santo de 1971, destacando de ella el estreno de ese recorrido por el interior del Parque Genovés que luego resultara tan característico para esta hermandad.

En las crónicas de ese año, el Cristo de la Piedad se atribuía a Salzillo, en ese baile de nombres de imagineros que existió en aquella época sin sustento documental alguno. Y de la hermandad de Ecce–Homo se resalta la “vistosa escolta romana” con cuatro soldados en las maniguetas del paso del Señor, “con un rico manto de terciopelo rojo bordado en oro”.

1996

Han pasado 25 años, y las crónicas del Martes Santo de 1996 reflejan cómo entonces se marcaba el camino de lo que hoy es esa jornada. Aquel día se presentaron en la calle varios estrenos destacados; como el avance en el nuevo paso de Piedad, que lucía cubremaniguetas, los arcángeles de las esquinas obras de González Rey y la caída frontal bordada, de Pedro Utrera; o como la bambalina frontal bordada del palio de Lágrimas de Columna.

El paso de misterio de Piedad, el Martes Santo de 1996. El paso de misterio de Piedad, el Martes Santo de 1996.

El paso de misterio de Piedad, el Martes Santo de 1996.

Se estrenaba también aquel año los trajes de servidores de Ecce–Homo para la delantera de los pasos. Como se estrenaba Antonio Magariños como capataz en Piedad, mientras Fernando Pérez entonces era el ayudante de Paco Rincón en el palio de Ecce–Homo, en cuya delantera marchaba desde hacía 12 años un Joaquín Seisdedos de policiales maneras.

La jornada la completaba la hermandad del Caído, que estrenaba la ropa de los cargadores.

El paso del Caído, vistiendo túnica blanca. El paso del Caído, vistiendo túnica blanca.

El paso del Caído, vistiendo túnica blanca.

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