La estampa no puede ser más rara e inédita. Falta algo más de media hora para que Cigarreras efectúe su salida y nadie ha abierto las puertas del templo para recibir a los hermanos, que se vieron obligados a aguardar en la escalinata del Compás que se produjera la noticia que fuera. ¿No se podía haber tomado la decisión con el cortejo dentro del templo? Menos mal que en esos minutos de indecisión no apareció la lluvia en el Compás de Santo Domingo...

Cae el primer capataz de la Semana Santa

La Semana Santa se ha cobrado su primera víctima en el mundo del martillo. La noticia empezó ayer a correr como la pólvora en los círculos más relacionados con el mundo de la carga; y hay quien incluso dice que fue en mitad de la salida procesional cuando anunció su dimisión a la cofradía. Ecce–Homo se queda sin capataz para su paso de misterio. Después de doce años y trece Martes Santos (más varias extraordinarias) al frente de este paso, él mismo ha decidido poner fin a la etapa. La cofradía buscará el relevo nada más termine la Semana Santa; aunque ya hay quien ha empezado a moverse y ofrecerse...

El prematuro cierre de los templos

Otra cuestión que deben mirar las hermandades es la de las limitaciones horarias para ir a ver los pasos el día de la salida. Hasta poco después del mediodía aguantan las iglesias con las puertas abiertas, algo ilógico teniendo en cuenta aquellos casos en los que las hermandades procesionan en horario de tarde. ¿Por qué cerrar San Francisco el Martes Santo o la Merced ayer poco después de la una de la tarde, cuando las cofradías no salen hasta cerca de las cinco?

Otro cantar es la hermandad que parece poner todo tipo de trabas y obstáculos para que la gente no pueda acercarse a los pasos. En lugar de mostrar lo que tienen en uno de los días más importantes del año, se enrocan en cerrar puertas, colocar bancos delante de los pasos y hacer todo lo posible para que no vaya la gente a las iglesias. Incomprensible.

El maratoniano montaje de Afligidos

Quien fuera el Martes Santo a la iglesia de San Lorenzo se extrañaría de no ver por allí rastro alguno de la salida procesional de la cofradía de Afligidos. La hermandad metió el paso de misterio al mediodía del Martes, comenzando entonces una maratoniana jornada de trabajo que se alargó hasta la madrugada del Miércoles. En torno a las dos aún andaban colocando las flores en el paso, que ayer lucía totalmente preparado para la salida ya que los horarios de la parroquia de hoy jueves (con unos tempraneros precisamente para permitir la salida desahogada de la cofradía esta tarde) impiden que apenas pueda abrirse la puerta al público para la visita durante la mañana. Y en cuanto la cofradía se recoja, a desmontar. Tiene mérito la mayordomía de esta corporación, sin duda.

La improvisación ante la amenaza de lluvia

Sorprenden algunas cosas de las ocurridas ayer respecto a las salidas o no salidas de las cofradías. Sorprende que Sentencia decidiera salir pese a la posibilidad de algunas gotas, y a las primeras gotas se dieran la vuelta tan urgentemente; sorprende que plantearan seguir por Pelota en dirección a Catedral y fuera el Consejo –dicen– quien abortara esa opción con gestos y aspavientos en plena calle (como si al Consejo le preocupara más la carrera oficial que el bien de la hermandad ante una situación un tanto sobrevenida). Tantas reuniones, tantos planes de agua, tantas historias y a veces parece que en todos estos años de mucha lluvia en la Semana Santa seguimos sin haber aprendido nada.

Mantilla y pirulí, la tradición por bandera

Una mantilla degusta un pirulí

¿Qué más se le puede pedir a esta fotografía? No puede encerrar mejor anuncio de la Semana Santa esta joven ataviada de mantilla que aprovecha la espera para la salida de Cigarreras en la tarde de ayer endulzándose la boca con un pirulí de la Habana. Hoy, con tanto tamborcito y tanta horquillita como se ven en las aceras, viene bien reivindicar el pirulí de la Habana y la mantilla (para visitar los sagrarios hoy, no para salir en una procesión).

El responsable ajeno a todo lo ocurrido

Hubo problemas, y serios; tuvo que intervenir hasta en dos tramos del recorrido otra cuadrilla; hubo incluso trifulcas que están dando la vuelta por las redes sociales; llantos en la recogida; declaraciones en los medios al día siguiente... Pero el responsable principal, como ajeno a todo, mostró ayer su orgullo por lo vivido ¡y conseguido! y por hacer las cosas “como Él se merece”. Un despropósito en toda regla.