Hace unos cuantos años, Paco Rincón lo bautizó como “El Señor del manto rojo” en una de esas características arengas a sus cargadores. Y ese rojo característico de Ecce–Homo ha tornado en azul bolígrafo (aunque el dibujo está hecho a lápiz), el azul de los antifaces que preceden a la Virgen de las Angustias, para presentar una espectacular visión de esta enorme talla de Montes de Oca. Ha sido un cargador de la Virgen quien ha puesto azul para reflejar la devoción al Señor del manto rojo. Ese mismo que hoy preside el primero de los altares donde la cera se eleva al cielo, las flores se concentran en cuidados centros y jarras y el incienso completa esa estampa tan de Cuaresma que en Cádiz adelanta siempre la hermandad de San Pablo. Ecce–Homo y sus cultos supone el inicio de la cuenta atrás de lo que está por venir. Y la espera este año se tiñe de azul.