Como el título de la película de magia ‘Lo ves, ahora no lo ves’, la vida de una cofradía en el principal momento de culto externo es absolutamente efímera. Un enorme trabajo de meses que dura entre seis y ocho horas de media en la calle para desaparecer todo en cuestión de horas.

Pongamos que hablamos de Las Penas, la cofradía que sale de San Lorenzo el Domingo de Ramos, donde con las emociones todavía a flor de piel por lo vivido, media hora después de que el palio entrara por la puerta del templo empezó una cuenta atrás en el desmontaje de la cofradía que culminó esa misma madrugada al rededor de las dos y media con el traslado de los pasos al garaje donde se guardan.Quien llegue por la mañana a San Lorenzo, no verá huella de Las Penas, salvo sus titulares de nuevo dispuestos en la capilla.

Uno de los casos más llamativos se ha dado hasta el año pasado también en el mismo templo. Afligidos y Descendimiento compartían día, aunque la primera salía en la tarde del Jueves Santo y la segunda en la Madrugada. Una vez que Afligidos volvía al templo, se retiraba durante un rato para que Descendimiento pudiera poner la cofradía en la calle. Una vez que el paso salía a Sagasta se iniciaba una carrera prácticamente cronometrada para poder desmontar absolutamente todo antes de que la otra hermandad regresase al templo a eso de las cinco de la mañana.

En el caso de Las Penas, los pasos llegan a ser trasladados al garaje de madrugada

Este año, tal y como relata su hermano mayor, Ramón Velázquez, hay dos elementos que van a cambiar lo realizado hasta ahora. Por un lado que Descendimiento se ha trasladado al Viernes Santo. Por el otro, que hay muchas de las personas que desmontaban la hermandad que también saldrán al día siguiente en el paso de la Virgen del Mayor Dolor de la Buena Muerte, por lo que han de estar descansados, por lo que se hará el Sábado Santo.

Hay otros casos en los que los desmontajes se demoran hasta el día siguiente de la salida procesional, como ocurre en La Palma y Ecce Homo, pero en esta cuatro cofradías consultadas todos coinciden en que lo mejor es hacer el desmontaje en caliente porque muchos dependen de la voluntariedad de otros hermanos para realizar las labores.

Retirada de la candelería del palio de la Virgen de las Penas.

El que tiene este lema más grabado a fuego es el mayordomo de Las Penas, Rubén Estévez García, que hasta hace unos año dejaba la labor del desmontaje para el Lunes Santo pero al final se encontraba que la gente tenía sus quehaceres y acudían a ayudar pocas personas: “Esto siempre es un caballo de batalla y para esto lo que necesitamos son recursos humanos”.

Por ello, aprovechando que la hermandad está completamente recogida las diez y media, se deja una media de hora en la que los hermanos se hacen las fotos de rigor con los pasos y a partir de las once se inicia una carrera frenética que, dependiendo del año, se puede culminar varias horas después, ya de madrugada.

En Las Penas el desmontaje de este modo se viene haciendo desde hace dos años y Rubén Estévez reconoce que a base de práctica están haciendo que el proceso se haga de una manera más pragmática. Por ejemplo, para este año no se han retirado las tulipas de los candelabros del Cristo, sino que eso se han dejado montadas y dentro de unas días, ya con tranquilidad, se hará su desmontaje y limpieza.

Para el mayordomo de esta archicofradía del Domingo de Ramos lo fundamental es que todo esté preparado para que los pasos estén listos para el traslado al garaje de San Francisco Javier antes de que los cargadores se vayan. Aunque el del Cristo va a ruedas, es fundamental que haya manos porque la salida es muy complicada con el desnivel de la puerta con la puerta y la pared de enfrente, por lo que hace falta que haya manos para poder hacerla. Posteriormente, ya se traslada con unas ruedas hidráulicas para que la estructura del paso no sufra.

En La Palma acaba el desmontaje y se inicia el del monumento para los oficios de mañana

En cuanto al de la Virgen, una vez que ya se ha bajado la imagen, lo que estaba previsto era que se hiciera un trabajo de mínimos para que los cargadores pudieran llevar la mesa hasta el garaje. Así, se quitó el pollero, el palio, los varales y alguna pieza más, pero la candelería se iba a dejar para que el equipo de mayordomía la quitara en el mismo garaje un día después. Todo busca el objetivo, como resalta Rubén Estévez, de que el paso se pueda trasladar lo antes posible. Este sí que se hace cargado y, en el caso de que no haya cargadores suficientes para hacerlo, tendrían que hacerlo el lunes por la mañana.Al mayordomo de Las Penas no le preocupa la paliza, ni que esto le repercuta en que el Lunes Santo esté destrozado: “Lo más importante es que la gente pueda hacer con seguridad esta labor y que el material se guarde en las mejores condiciones.

En Afligidos el término exprés se aplica tanto al montaje como al desmontaje, ya que hasta ayer mismo no entró la mesa del paso en la Iglesia de San Lorenzo desde el local que tienen en la calle Regimiento de Infantería y hoy se procede al montaje, aunque cuentan con la ventaja de que es sólo un paso, pese a que es un misterio con muchas imágenes. De hecho, su hermano mayor, Ramón Velázquez, reconoce que ni el montaje ni el desmontaje sería posible si tuvieran un palio, “sobre todo por la candelería”.

Velázquez afirma que para estos procesos cuenta con un grupo de 25-30 personas en un trabajo que se encuentra totalmente protocolizado, de manera que cada uno sabe lo que tiene que hacer en cada momento.En La Palma el desmontaje se inicia el Martes Santo, a la mañana siguiente de la salida procesional alrededor de las nueve y media de la mañana. Ahí llega el mayordomo, Juan Jesús López Gámez, con un pequeño círculo de hermanos para bajar a la Virgen de Las Penas del paso hasta que se le reserva. Una vez que hacen eso, llega el resto de los hermanos que están convocados. A partir de ahora se entra con el grueso de la labor de manera que desde las diez y media de la mañana hasta las cuatro de la tarde se hace prácticamente todo. De hecho, a las tres y media de ayer estaban convocadas las dos cuadrillas para llevar cargados los pasos al local que tienen en el Corralón de los Carros.

En el caso de La Palma, a un desmontaje le sigue un montaje, ya que después se inicia el del monumento para el Jueves Santo. Se da también la circunstancia de que por este motivo, los Titulares no regresan a sus respectivas capillas, sino que permanecen en el altar mayor. Una semana después del Domingo de Resurrección se pasan a sus capillas y la Virgen de La Palma va al altar mayor.

En Ecce Homo la celebración de los oficios el Jueves Santo obliga al desmontaje de los dos pasos de la hermandad de San Pablo un día después de la salida procesional.

Su mayordomo, Jaime Calderón Rovira, asegura que los fijos para hacer esta tarea son apenas tres o cuatro personas y después dependen de la voluntariedad de otros para poder avanzar más rápido.

Por la mañana tanto el Cristo como la Virgen se dejan en su sitio en la iglesia, salvo San Juan Evangelista, que es el que se usa para los oficios. Una vez que se retira la candelería, los polleros de los dos mantos, todo se va a haciendo de manera milimetrada con unos enseres que se llevan al patio principal, mientras que otros se suben a las dependencias que tienen junto al coro. El día después, los pasos están preparados para que las cuadrillas se los lleven a San Antonio y de ahí los recoge un camión que los trasladan a un garaje situado junto a la Zona Franca de Cádiz. Lo ves, ahora no lo ves.