Una mañana primaveral, que ha invitado a salir a la calle y dejarse acariciar por la fragancia de las flores, el incienso, la cera quemada y el azahar. Una mañana de las que abren de par en par la Semana Santa de Arcos para que la Borriquita luciera sus mejores galas. Así ha sido la primera de las procesiones de la Semana Grande de Arcos, que se lució con todas las de la ley y se quitó la espinita de otros tiempos cuando tuvo que acortar su desfile por la mala climatología.

La más infantil de cuantas procesionan en la Semana Santa de Arcos, declarada fiesta de interés turístico nacional, salió al mediodía a la calle de este domingo en medio de un enjambre de fieles y curiosos que no quisieron perderse su salida desde el templo de María Auxiliadora, en el Barrio Bajo. Como otros años, la Hermandad de Cristo Rey en su entrada triunfal en Jerusalén y María Santísima de la Fuensanta, la procesión del Barrio Bajo y la del cariz más infantil de toda la Semana Santa de Arcos, se entregó a su público.

No faltaron como otras veces, las estampas más tiernas como las de los conocidos como ‘romanitos’, niños ataviados con ropa de la guardia pretoriana, que acompañan a los pasos. Esta hermandad se fundó en 1962, considerándose la más joven de cuantas procesionan en Arcos. La imagen de Jesús es policromada y de autor desconocido. Cada año, los vecinos del Barrio Bajo se entregan a este desfile procesional.

Y el Domingo de Ramos, en Arcos, tiene que escribir otra página para coronar la jornada. Así que los rincones del casco antiguo de la localidad se llenan esta tarde noche de devoción con la salida de la hermandad de Nuestro Padre Jesús del Soberano Poder en su Prendimiento y María Santísima del Amor y Desconsuelo, que pone en la calle, un paso de misterio desde la basílica menor de Santa María, encaramada en lo alto de la Peña de Arcos. Esta hermandad se fundó en 1946 y se conoce popularmente como ‘El Prendi’. La imagen de Jesús es obra del jerezano José Marín García Primatesta.