El viento de levante que ha soplado con fuerza desde la semana pasada y que tras unos días de calma vuelve a la Bahía está favoreciendo las labores de regeneración de la playa de Camposoto que comenzaron hace unos días. Se trata de una tarea artificial que se suma a la regeneración natural de litoral, que este año sin embargo no ha tenido tiempo para que la también conocida como playa del Castillo luzca perfecta para la temporada de baño.

El deterioro ha sido evidente este año, pero aún con eso el proceso para conseguir la recuperación es sencillo porque no se ha llegado al grado de desgaste de la playa de hace tres años y sólo se ha visto necesario aportar una pequeña ayuda a la acción natural. Los temporales provocan todos los inviernos movimientos de arena, que se desplaza hacia el cordón dunar y el caño por un lado, y sobre todo hacia el mar desde las zonas intermareales. A unos 100 metros de la orilla se crea una barra de arena, que una vez concluye la temporada invernal comienza a volver hacia la playa, que de esta forma se presenta ideónea para la época estival y el disfrute de los ciudadanos. Sin embargo, lo tardío de las inclemencias meteorológicas de este año ha impedido esa recuperación habitual. No ha sido suficiente tiempo. Desde el Ayuntamiento de San Fernando, una vez comprobaron que sería imposible que Camposoto retomara su estado normal de verano, solicitaron al Gobierno central, a la Demarcación de Costa Andalucía Atlántico, su intervención para cubrir de arena las margas que habían quedado a la luz. Así se denominan las bolsas de barro que existen bajo los sedimentos arenosos, y que han aparecido en distintos puntos de esta parte del litoral de San Fernando.

Las máquinas comenzaron a trabajar la semana pasada en la última pista, la que coincide con el último acceso a la playa (el número 8). Allí el subdelegado del Gobierno en la provincia, Javier de Torre; el alcalde, José Loaiza; y el delegado del Área de Sostenibilidad Ambiental, Francisco José Romero, comprobaron hace unos días cómo marchaban los trabajos y conocieron detalles de esta operación. Los técnicos explicaron el proceso natural que suele desarrollarse, y también qué se está haciendo en estos momentos para ayudar a la naturaleza, siempre muy pendiente de preservarla. Por ese motivo, se recoge la arena en bajamar y no se deposita directamente sobre la marga, sino que se acumula en el borde superior de ésta. Se evita así que las excavadoras trabajen sobre el área fangosa -lo que impediría un trabajo limpio- y, por tanto, la mezcla de ese barro con la arena. Se deja que la marea finalice la tarea: expande la arena sobre la zona de barro, que queda cubierta.

Ese procedimiento ya se ha culminado en la superficie descarnada que había nada más bajar por la última pista y se ha avanzado hacia el inicio de la playa. Ayer el trabajo de los operarios se centraba en el acceso 2. Concretamente en esta extensión la tarea consistía en eliminar el desnivel de la arena repartiendo la arena más uniformemente y apisonándola para lograr que este borde litoral recupere medianamente su rasante anterior.