San Fernando

Otros tiempos, una nueva Plaza

  • Los detallistas intentan sacudirse la mala imagen que rodea al Mercado

Es Tosantos, la que siempre ha sido la gran fiesta de los mercados. Pero poco tiene que ver la imagen que hoy ofrece el Mercado Central con la de hace una década. Los tiempos han cambiado. En eso todos están de acuerdo. Incluso se tira más a Halloween que a las castañas y a los típicos productos de la temporada. Pero los detallistas están hartos del sambenito que les ha caído, de la imagen negativa que se transmite siempre cada vez que se habla de los puestos cerrados y de las carencias de estas instalaciones. "¿Acaso no hay locales cerrados en la calle Real?", apunta desde la junta directiva Raúl Serván, que es el tesorero de los detallistas. "Eso pasa aquí, en Chiclana, en Cádiz y en todas partes", añade. Es la crisis. Pero lo del Mercado Central es además una cuestión de tamaño. Las instalaciones son demasiado grandes. "Yo estaba en la directiva cuando se planteó la reapertura tras la primera remodelación y ya entonces se dijo que las instalaciones eran muy grandes, que no hacía falta tanto espacio. Pero se optó por conservar la estructura original del edificio y sus dimensiones", explica. El resultado, al cabo de los años, son numerosos puestos cerrados que perjudican seriamente la imagen del Mercado Central. "Y en realidad, casi todos los puestos que han cerrado ha sido por la jubilación de detallistas que llevaban toda la vida trabajando aquí", insiste. Es cierto que no se han renovado, no ha llegado una nueva generación que continúe con el negocio. "Porque no es fácil", admiten los detallistas. Los hábitos de consumo de la sociedad han cambiado y empezar de cero en el sector es complicado, aunque tampoco -insisten- es algo exclusivo de los mercados. Pasa con todo tipo de comercio. "¿Cuántas tiendas abren en el centro para cerrar a los pocos meses?", preguntan.

Jesús Boada, el presidente de la asociación de detallistas del Mercado Central, insiste en esta cuestión. "Somos profesionales, la mayoría con una larga experiencia que ofrecemos una gran calidad en los productos, un trato personal, una atención exclusiva a la clientela", afirma. Lamenta que, permanentemente, tengan que estar luchando contra esa mala imagen que se da del Mercado Central cuando la realidad, insiste, es otra muy distinta. "Si uno mira los puestos que hay, la calidad de la mercancía que se ofrece a diario, se da cuenta enseguida", añade.

"Es cierto que las instalaciones han tenido problemas porque en los quince años que hace de su reapertura no ha habido un mantenimiento continuo, pero eso es una responsabilidad del Ayuntamiento. Hablamos de un mercado que es municipal y al que habría que haberle prestado una mayor atención". Las críticas que han despertado estas carencias, a menudo lanzadas desde las formaciones políticas de la oposición, se han convertido en un tópico que estos profesionales autónomos intentan sacudirse como sea. Han cambiado los hábitos de consumo, la gente ya no compra en la plaza a diario como antaño. Han proliferado las grandes superficies. La crisis, ademas, ha repercutido seriamente en los negocios, como en todas partes en los últimos años. Pero aún así -insisten- los puestos del Mercado Central siguen al pie del cañón, ofreciendo productos de la zona y de primera calidad.

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