Una de las razones por las que Inmaculada C. López ha decidido no entregar su acta de concejal tras su expulsión del grupo municipal Sí se puede es porque quiere seguir en activo en la política y en Podemos. Ayer, de hecho, reafirmó su compromiso con el partido de Pablo Iglesias y aclaró que había trasladado su situación a la ejecutiva de la formación. "Yo soy de Podemos, no de izquierda anticapitalista", aclaraba al insistir en sus críticas hacia Ernesto Díaz y su equipo.

Su postura coincide con la corriente crítica de Podemos que ha llevado a la escisión de la formación en San Fernando y a la formación de un segundo círculo, llamado Podemos Norte, recientemente validado por la dirección del partido. "Es el único círculo de La Isla que ha conseguido la validación", advertía ayer la concejala expulsada, que tras lo ocurrido se ha integrado en esta agrupación.

Precisamente, Podemos Norte denunciaba en su constitución el "secuestro" del círculo a manos del movimiento de izquierda anticapitalista, lo que había llevado a muchos de los que estaban desde el principio a abandonar la formación. También la edil López Barrera insistía ayer en esta cuestión. "Se ha estado yendo gente que estaba desde el principio porque no compartía la forma en la que se estaban haciendo las cosas", admitía. De hecho, advierte, la asamblea en la que se aprobó su expulsión había sido convocada inicialmente para debatir estos problemas.

Lo cierto es que en su momento, justo antes de las municipales, el equipo de Ernesto Díaz dejó bien claro el apoyo expreso de Teresa Rodríguez, la secretaria general de Podemos en Andalucía y portavoz en el Parlamento autonómico.

Aunque la expulsión de Inmaculada López de Sí se puede fue aprobada a mediados de septiembre, el paso definitivo no se dio hasta ayer cuando el grupo formalizó en el Ayuntamiento un escrito comunicando a la secretaria la nueva situación. La concejala afectada desconocía incluso el paso que había dado Ernesto Díaz ya que ambas partes habían pactado darse un margen de tiempo para no afectar a la imagen del partido de cara a las elecciones generales, lo que les llevó incluso a compartir bancada en el último pleno como si nada hubiese ocurrido.