De pequeños, daban balonazos en la calle Patrona. Crecieron allá por los 70 y 80 en el corazón del barrio del Cristo, entre las calles San Ignacio, Ruiz Marcet, Bazán o Lanza. A diario jugaban al fútbol -eso era de rigor- y utilizaban como portería el dintel de la histórica capilla de la Vera Cruz.

Quizá sea que tanto balonazo duele en la memoria, que es cosa de la conciencia, o quizá -lo más probable- es que se trate de una cuestión sentimental. El caso es que esos chavales -adultos desde hace ya unos cuantos años- han vuelto a reunirse para cumplir como está mandado y resarcir una deuda histórica con la señera capilla, en obras desde hace tres años.

Algunos de ellos dejaron el popular barrio del Cristo para vivir en otras zonas de la ciudad, más modernas. Otros -los que pudieron- se quedaron allí. Pero, entre todos, siguió existiendo cierta conexión. Tanto como para volver a reunir a la pandilla y aunar sus esfuerzos en favor de la la señera hermandad del Santísimo Cristo de la Vera Cruz, que desde hace siglos ocupa el pequeño templo de corte neoclásico y que se ha empecinado en frenar su acuciante deterioro. Cueste lo que cueste. Así llevan desde 2008.

Ahora, cuando las obras amenazan con quedarse paralizadas porque la escuela-taller que se hace cargo de su rehabilitación mientras forma a jóvenes desempleados se ha quedado sin financiación de la Junta, estos niños que antaño utilizaban de portería la puerta de la capilla han acudido en su rescate.

Con la colaboración del Ayuntamiento, del hotel de Bahía Sur y de un nutrido grupo de firmas comerciales, han preparado un desfile de moda benéfico con el propósito de recaudar fondos para ayudar a las obras de rehabilitación de la vieja capilla, una iniciativa que también ayudará a la Asociación de Amigos del Pueblo Saharui (Amisafe), que se ha sumado en el camino, mientras que esta pasarela benéfica se iba gestando. La recaudación se repatirá entre ambas entidades al cincuenta por ciento.

Ayer, el portavoz del Gobierno municipal, Daniel Nieto, explicó cómo se había ido gestando esta idea del desfile de moda y de cómo, en cierto modo, este grupo de jóvenes se veía obligado a intervenir, a actuar y a colaborar en la rehabilitación de la capilla. Además, Nieto aprovechó la ocasión para trasladar la "honda preocupación" que había causado al Ayuntamiento la precaria situación de las obras de rehabilitación ante el impago de la Junta.

"Las obras están en el aire", aseguró Nieto, que insistió además en la complicada situación de los jóvenes desempleados que se forman en la escuela taller y que ahora tienen por delante un incierto futuro.

"Hace falta mucha colaboración externa para culminar las obras de la capilla de la Vera-Cruz", dijo el vicehermano mayor de la hermandad, Mariano Domínguez, al referirse a la iniciativa de la pasarela de moda.

Desde la directiva de Amisafe, Paqui Rivero trasladó el mismo mensaje. Hace falta ayuda. "Cuesta mucho conseguir un euro", apuntó. Y recordó los dos proyectos que, de manera continuada, gestiona la entidad: la recogida de víveres (aceite, azúcar y arroz), cada vez más necesaria, y el proyecto de Vacaciones en paz, que cada verano trae a la ciudad a un grupo de niños saharauis.

Juan Andrés Vázquez, que hace las veces de portavoz de este grupo de isleños que organiza este evento solidario, se encargó de detallar los pormenores de esta pasarela benéfica que se llevará a cabo en tres pases a celebrar entre los próximos días 3 y 4 de febrero (durante la tarde del viernes y toda la jornada del sábado). Contarán con la colaboración de Fernando Camas, Paz Santana y Loli Guerra, que presentarán cada uno de los pases de modelos. De la escenografía se encargará Manuel Correa. Participará una quincena de establecimientos. Las entradas se han puesto ya a disposición de los interesados en diversos puntos de venta, entre ellos, el hotel de Bahía Sur.