Uno de los principales reproches que se hace a la plaza dura que proyecta el Ayuntamiento isleño en el centro de la ciudad es la falta de sombra que se le presume a todo espacio amplio y diáfano al carecer de la cobertura del arbolado.

Aunque en realidad ese problema existe ya en la actual plaza del Rey, donde solo los laterales –donde se emplazan las terrazas al cobijo de los laureles de indias– se consiguen mantener a la sombra. En la reforma anterior de la plaza, que se acometió en 2003, se eliminaron jardines, parterres, solería y bancos decorados con azulejos, dándole a este espacio su imagen actual, a medio camino ya de esa plaza dura.

Ahora, además de las 6 palmeras que escoltan al general Varela, se retirarán 6 de los 18 árboles de los lateres que se consideran que están enfermos o afectados en su crecimiento, aunque el Ayuntamiento asegura que no se perderá "masa verde" al introducirse nuevas especies de plantas aromáticas que se distribuirán en parterres por toda la plaza y con las que se aspira también a dar frescor a este nuevo espacio urbano. El proyecto, insiste, rehuye de esa imagen de una plataforma desértica de granito echando mano a diversos elementos.

Así, a este céntrico espacio público se le incorporará un sistema de velas-toldos desmontables que se situarán en los dos lados de la plaza cuya posición simétrica permitirá "sombrear espacios de estancias cualificados en relación al recorrido solar".

De hecho, según los redactores del proyecto, con los elementos actuales la plaza del Rey solo consigue tener sombra en un 24% de su superficie. Sin embargo, tras la remodelación, este porcentaje se verá incrementado de manera que la plaza un 48% de sombra.