Un médico especialista que trabaje en la actualidad en el hospital de San Carlos cobra aproximadamente un 50 por ciento menos que si lo hiciera para el Servicio Andaluz de Salud (SAS) y un 30 por ciento menos que si formara parte del cuerpo de médicos militares. En esa situación se encuentran en la actualidad nueve especialistas de este centro sanitario, lo cual escenifica, en resumidas cuentas, la amalgama civil-militar que actualmente compone el total de la plantilla.

Pero estas diferencias salariales -aunque menores, conforme se baja en escala- se evidencian también en el resto del personal civil que trabaja en estas instalaciones hospitalarias. De esta manera, en el cuerpo de enfermeros son un total de 110 los afectados, a los que se suman 96 auxiliares de clínica, ocho técnicos y 28 celadores. En total, 241 trabajadores cuyo salario se encuentra por debajo del de otros compañeros en su misma situación, es decir, la de ser profesionales civiles trabajando en un hospital militar.

Es el caso de los que trabajan en los centros de Madrid y Zaragoza. Allí la equiparación se dio hace meses. El caso de Ceuta, sin embargo, es similar al de San Fernando. ¿Por qué ocurre esto? En febrero de 2008, mediante un decreto publicado en el Boletín Oficial del Estado (BOE) la red hospitalaria del Ministerio de Defensa convenía la estatutarización voluntaria del personal sanitario. O lo que es lo mismo, la equiparación con el salario del mismo rango correspondiente al servicio público de cada comunidad.

Este proceso comenzó a aplicarse en el Gómez Ulla de Madrid en enero del año siguiente y finalizó meses después, en el mes de noviembre. Un mes antes, comienza a implantarse en Zaragoza y Melilla. En el primero termina en mayo del año pasado y en el segundo, en marzo. De esta manera, en tres centros hospitalarios esta mejora, esta equiparación, está ya finalizada cuando en otros dos siquiera ha comenzado su implantación.

Es cierto, así lo reconocía parte del personal del hospital de San Carlos, que ha habido un incremento salarial anual a modo de dos pagas, en las cuales, aclaran, no se especifica el concepto. Por supuesto, no se equilibra ni mucho menos con lo que debería ser. Lo último que saben es que había una prórroga en la normativa que obligaba a la implantación de esta equiparación en enero de 2011 y que la misma ha vuelto a ser prorrogada para finales de este año. Pero el proceso tarda una serie de meses -como en el caso de Madrid o el de los otros centros sanitarios- y a estas alturas, en mayo, no se sabe nada de que haya comenzado a instaurse ni en La Isla ni en Ceuta.

De esta manera, las conclusiones que la plantilla civil saca de esta situación, las consideraciones que tiene en cuenta, las sensaciones, son las de que son un hospital de segunda. También es cierto que las diferencias salariales más contundentes se dan entre el personal de médico especialista, y que se va reduciendo casi hasta la equiparación conforme se va bajando en los grupos de escala laboral.

Aún así, respecto al personal de las otras instalaciones sanitarias, las diferencias salariales se acumulan ya por un periodo de más de 18 meses, lo cual suma un porcentaje económico alto por persona y, en definitiva, un ahorro para la administración y un débito en el caso del trabajador, que no encuentra herramientas para reclamar lo que considera justo: A igual trabajo, igual salario. Es lo que debe ser, bajo el punto de vista de la plantilla.