La Corporación Municipal, encabezada por el alcalde, José Loaiza, renovó en la mañana de ayer el juramento que hiciera hace 213 años al Patrón San José para pedirle que intercediera por la epidemia de fiebre amarilla que asoló la ciudad en 1800.

Una tradición -la función del voto- recuperada con la revitalización de la corporación josefina que el regidor refrendó ante la talla del Santo Patrón un año más coincidiendo con la celebración del primer domingo de adviento. El arcipreste de la ciudad, delegado diocesano de Cáritas y párroco de la Sagrada Familia (en la barriada Bazán), Alfonso Gutiérrez Estudillo, se encargó de oficiar esta función religiosa que constituye uno de los cultos más importantes de todos los que celebra lahermandad de San José, puesto que recalca la importancia histórica de la talla para la ciudad de San Fernando y su vinculación con el Ayuntamiento isleño.

Gutiérrez Estudillo, en su homilía, abordó el paralelismo existente entre la epidemia de fiebre amarilla que hace dos siglos sufrieron los isleños y la complicada situación económica que se vive hoy para pedir a políticos y gobernantes que aunaran esfuerzos en pro de un futuro más esperanzador. El sacerdote isleño apeló a la justicia social, "que pasa por denunciar un sistema económico basado en un neoliberalismo que deja a muchos parados en medio del camino".

También mostró su solidaridad con los trabajadores de Navantia ante la delicada situación de la empresa y aprovechó la función del voto para apelar a "los responsables del ejercicio del gobierno para que faciliten que el barco de esta empresa llegue a buen puerto y traiga carga de trabajo".

De las ofrendas se encargaron durante la ceremonia religiosa ayer dos importantes colectivos. De un lado el cofrade, representado en el Consejo de Hermandades; y, de otro, el ciudadano, encarnado en la federación de asociaciones de vecinos Isla de León.