De Alfonso Gutiérrez Estudillo podría decirse que es el cura de moda en La Isla sino fuera porque a buen seguro su modestia -¿o es austeridad?- le empujarían a negar rápidamente esa popularidad que ha adquirido.
Hace un mes fue nombrado por el obispo diocesano nuevo arcipreste de la ciudad de San Fernando. Unas semanas antes intentó zafarse sin resultado alguno de su designación como pregonero de la Semana Santa isleña de 2013, que el Consejo de Hermandades y Cofradías tuvo a bien confiarle.
Un compañero de la curia -Fernando Cordero- lo inmortalizó en un cuento navideño como el padre Juguetes para la campaña benéfica de los Reyes Magos. Y a partir de este relato, junto a Blanca Esther García Gutiérrez, trabajadora social de Cáritas, montaron una sesión de cuentacuentos que va de colegio en colegio hablándoles a los más pequeños de la crisis o, mejor dicho, de la solidaridad.
Este viernes, sin ir más lejos, anunció también la puesta en marcha de un servicio de orientación jurídica que Cáritas arciprestal pondrá en marcha en cuestión de días. No para.
"Ha sido un mes muy intenso. Desde mi nombramiento como arcipreste por parte del obispo se ha llevado a cabo toda la reorganización arciprestal, ha habido muchas reuniones...", explica algo desbordado.
"El arcipreste es un colaborador directo del obispo, una figura que se encarga de coordinar directrices, la labor pastoral... Mis propósitos, mis objetivos, mi plan como arcipreste de San Fernando no puede ser otro que el del conjunto de la Iglesia diocesana", afirma.
El padre Alfonso, coordinador también de Cáritas arciprestal, predica la sencillez en tiempos de crisis. Vive sencillamente para que otros sencillamente puedan vivir es el lema de una campaña de Cáritas que este sacerdote -párroco también de la iglesia de la Sagrada Familia- ha hecho prácticamente suyo. "Hay una crisis económica que ha echado por tierra la idea de que podíamos vivir en la abundancia, en lo accesorio y materialista", apunta. "Y frente a ese tren de vida lo que digo es que podemos llevar una existencia igual de feliz pero de forma más sencilla. Y ayudando a los demás, siendo solidarios. No podemos hacer ostentación de lo que tenemos. Tenemos que demostrar también signos de sencillez", apunta. Algo que recomienda también encarecidamente a las hermandades y cofradías.
Como responsable de Cáritas, el padre Alfonso comparte la creciente preocupación de la Iglesia ante el drama social que se vive a causa de los efectos de la crisis y del desbocado incremento del paro, que ha multiplicado por tres las ayudas que cada parroquia tiene que atender y el número de familias acogidas. En los barrios más humildes, hace tiempo que están al límite. Pero -añade- "la gene es solidaria, afortunadamente". "Y Cáritas, casi de un modo profético, siempre ha estado al lado de los más pobres".
Es -dice- la respuesta de la Iglesia al drama social que ha desencadenado la crisis. Cuando las administraciones fallan y se quedan sin recursos, se recortan las partidas presupuestarias o no llegan las subvenciones, allí está Cáritas, "haciendo siempre muchísimo más de lo que puede".
"Porque Cáritas -recuerda- funciona desde el voluntariado, gracias a un grupo de personas que ofrece su tiempo y servicios, y gracias a las cuotas de los socios y las aportaciones y donativos de los fieles".
Alfonso Gutiérrez, al hablar del trabajo que lleva a cabo Cáritas, postula una mayor coordinación a nivel arciprestal de forma que garantice mejores resultados y, por ejemplo, un reparto más equitativo de los lotes de víveres. Las familias acogidas en una parroquia y otra no son distintas y merecen la misma atención, matiza. No hay que hacer distinciones a la hora de atender a los isleños sin recursos de uno y otro barrio, aunque ello implica necesariamente cambiar la dinámica actual de trabajo, saltarse los límites parroquiales para hablar en términos de arciprestazgo.
Quizá, ahora, cuando la crisis multiplica las ayudas y cuando las parroquias más humildes se ven incapaces de atender tanta demanda que llama a sus puertas, es el momento oportuno. "Hace falta colaboración, volundad y mucho trabajo", precisa este sacerdote.
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