San Fernando

La industria naval, un motor de largo recorrido para La Isla

  • José Enrique de Benito Dorronzoro pronuncia una conferencia sobre la construcción naval y La Armada

"La historia de estos más de 250 años nos muestra que de peores situaciones ha salido adelante la industria naval". El académico José Enrique de Benito Dorronzoro, vicealmirante de la Armada, pronunciaba estas palabras el martes en la conferencia Evolución de la Armada y la Industria Naval como motor del desarrollo Industrial en La Isla que ofreció dentro de los actos organizados por San Romualdo por el 250 aniversario de la Villa con Ayuntamiento propio.

Su intervención había sido una cronología de la vinculación de la Marina española y la construcción naval con la ciudad, hasta llegar a los tiempos actuales con unas conclusiones en las que defendía el futuro de esta industria, repuesta en su historia de numerosas vicisitudes. "Debe seguir siendo clave", apuntó. "Es básica para sacar a la zona del marasmo laboral que sufre", insistió. Junto a eso observó el cambio de la presencia de la Armada en la ciudad, con menos instalaciones y actividad, y por tanto menos personal, pero a la vez "más estable y no de paso", "con otra forma de vida y gastos más fijos".

La supervivencia de los astilleros pasa por restar localismos en favor de "trabajar como un todo", en el que incluye instalaciones de Rota, Cádiz, Puerto Real y La Carraca, dotadas de muelles, diques, gradas, grúas y talleres "en perfectas condiciones de utilización, que no deben ser abandonadas y desechadas bajo ningún concepto". Como ejemplo de lo que no hay que hacer mencionó el desmantelamiento de la Constructora Naval, para la que no se tuvo visión de futuro y se perdió.

"La Bahía de Cádiz tiene que ser una unidad", apuntaba como una de las cuestiones fundamentales en la organización de esta industria. El mantenimiento de la mano de obra especializada es otra de las patas esenciales de esta actividad, aunque por desgracia algunos oficios se han ido perdiendo por la reducción del trabajo. "Se ha perdido experiencia y conocimiento existentes y han tenido que venir de fuera a enseñarnos lo que nosotros ya dominábamos", apuntó.

La carga de trabajo no pasa, asumió, por grandes programas de unidades nuevas para las armadas tanto española como de otros países, sino por la sustitución de series de unidades ya obsoletas a las que se aplican nuevas tecnologías. "La tecnología cambia tan rápidamente que obliga al diseño de unidades polivalentes o plataformas comunes adaptables por medios de módulos a cada tipo de situación", explicó. Los astilleros isleños, dejó claro, están en primera línea mundial en tecnología y capacidad. Por eso, debe mirar al exterior para mantener su actividad, además de, reiteró, apostar por la construcción civil, donde "se puede ser competitivo".

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