La Escuela de Verano del colegio público Raimundo Rivero cierra sus puertas tras un mes de julio repleto de diversión y convivencia de niños y niñas de entre tres y doce años. Tras un duro curso escolar, los más pequeños desean que llegue el periodo veraniego para ir a la playa, o simplemente tener tiempo libre. Sin embargo, las largas vacaciones con las que son premiados no coinciden en ocasiones con el tiempo libre de sus padres, a los que su trabajo les impide disfrutar de sus hijos. Entonces hay que buscar alternativas.

Una de ellas, desde hace cinco años, es ésta, el colegio público Raimundo Rivero, que se convierte en una Escuela de Verano donde los escolares siguen en contacto con las aulas, aunque con actividades muy diferentes respecto al periodo escolar. Matemáticas e Historia son sustituidas por gymkhanas y juegos con agua para combatir el calor. La escuela, mediante sus monitores, ofrece así a los pequeños estudiantes horas de entretenimiento, en las que no cabe ningún momento de aburrimiento.

El precio básico gira en torno a los 265 euros el mes completo, con desayuno y comedor incluidos. Sin embargo, hay diferentes tarifas para que el horario del pequeño en la escuela se amolde al horario de sus padres. Este año la inscripción de alumnos ha disminuido con respecto a otras ediciones, ya que han sido 56 los niños y las niñas que han podido disfrutar de la escuela, frente a los 80 que se inscribieron el periodo anterior.

Lito, uno de los monitores de la Escuela de Verano, posee una experiencia consumada con los más pequeños. "Es una grata experiencia. Llevo cuatro años trabajando en el colegio durante el verano, y no me canso de ellos. Son muy traviesos, pero son cosas de su edad, no protagonizan ningún accidente", comentó el monitor.

Un valor muy destacable que promueve la Escuela de Verano es la comunicación y la relación de los niños entre sí. Todos los inscritos proceden de colegios públicos como el propio Raimundo Rivero, el Reina de la Paz o el Quintanilla, entre otros, lo que hace posible que se conozcan a niños de otros centros.

Como novedad, esta edición los pequeños de la Escuela de Verano han disfrutado de nuevos talleres, como un teatrillo de títeres, un cuentacuentos, además del día de feria. Otra novedad ha sido una jornada de puertas abiertas, celebradas el último día de la Escuela, el 31 de julio. Durante la misma, los padres pudieron disfrutar de bailes, coreografías y teatros protagonizados por sus hijos, los cuales han estado ensayando durante todo el mes.

Una vez cerrada, sólo queda disfrutar de lo que queda de las vacaciones, y esperar que llegue la escuela. Los padres esperarán la de septiembre, y los niños, por supuesto, la de verano.