Las intensas horas de reunión de ayer entre la dirección de Cruz Roja y los trabajadores de la residencia de ancianos isleña no se tradujeron en un acercamiento de posturas. No hubo acuerdo de ningún tipo, por lo que el plazo de consultas del expediente de regulación de empleo (ERE) presentado por la empresa está a punto de culminar sin solución distinta para este conflicto laboral. Las partes se vuelven a citar hoy a las diez de la mañana, y si no tendrán que esperar la resolución de la autoridad laboral: la Delegación Provincial de Empleo tomaría la palabra para explicar si acepta o no esta medida de recorte de personal, que supondrá la salida de unos 40 empleados fijos de la plantilla del centro asistencial, a lo que se sumarán los trabajadores con contrato eventual. Cruz Roja dejará en funcionamiento solo una planta de las instalaciones con la intención, según explicó el subdirector del departamento de Salud y Socorro de la central, Fernando Prado, de reducir los costes actuales, "insostenibles por las pérdidas acumuladas de años".

La reunión celebrada el día de la Inmaculada acabó igualmente sin acuerdo, es más, las negociaciones se rompieron como reconocieron ambas partes. A los representantes de la entidad había sorprendido la propuesta de los responsables sindicales porque no suponía "ninguna contención salarial", que es precisamente lo que desde el principio demandan. La insistencia de Cruz Roja de eliminar el complemento ad personam se argumenta, apuntó Prado, en el "sobrecoste" que suponepara las cuentas de la entidad. De los 1,8 millones de euros de ingresos anuales el coste de personal, señaló, se queda con el 90%.

Por su parte, los trabajadores se quejaban de la posición férrea de la empresa, que mantenía las condiciones del primer día: ahorro de 200.000 euros, con un recorte salarial y el aumento de la jornada laboral, con un total de 102 horas de trabajo más al año por persona. La última propuesta de la plantilla, que aceptaba el incremento de horas, llegaba al ahorro de 153.000 euros, al presentar un plan de recorte en mantenimiento y una reorganización administrativa, lejos del objetivo de la entidad. Dolores Anaya del comité de empresa explicaba ayer que la reunión no había servido para nada. "Nos han hecho cuatro propuestas nuevas, todas basadas en nuestra pérdida de liquidez", se quejó. En lugar de la pérdida del complemento ad personam plantearon, por ejemplo, quitar ese dinero de manera lineal a todos los trabajadores. "Plantean otra opción: la reduccion del 10% de la masa salarial, eso es quitar del salario base. Serían unos 160.000 euros", comentó Anaya. Los trabajadores, defiende, estaban dispuestos a seguir negociando hasta el final, a no levantarse de la mesa sin llegar a un acuerdo, siempre y cuando se retirara el ERE, "algo a lo que se han negado de nuevo".

Fernando Prado manifestaba tras la reunión no estar satisfecho por el resultado. "Hemos trabajado para buscar una solución, pero no entran a negociar una reducción salarial, no asumen ese recorte y Cruz Roja no puede seguir manteniendo las pérdidas actuales, no puede seguir derivando dinero a la residencia en la situación ecónomica actual", defendió.