Cada día se retiran más de 170 kilos de toallitas de las redes en San Fernando, un problema que cuesta ya 300.000 euros anuales
Coincidiendo con el Día Mundial del Saneamiento, la empresa responsable del servicio en la localidad, Hidralia, insiste en uno de los principales problemas que existen en las redes
Provocan atascos y averías en bombas, estaciones de bombeo y estaciones depuradoras teniendo un impacto económico directo
200 toneladas de desechos para el monstruo de las cloacas isleñas
Las toallitas húmedas se han convertido en un producto de higiene casi imprescindible en muchos hogares. Cada vez son más las personas que las utilizan por su comodidad, capacidad de limpieza y su practicidad. Una cara amable que sigue ocultando el monstruo que se esconde tras su uso, debido a la falsa idea de que se trata de un residuo fácil de eliminar y que se puede desechar sin consecuencias por el inodoro.
Una estrategia que se denomina greenwashing (vestir ecológicamente un producto que tiene perjuicios naturales) y que enmascara que las toallitas sean uno de los principales problemas del saneamento urbano y de los ecosistemas acuáticos.
En San Fernando ya se sacan diariamente más de 170 kilos de estos residuos de su alcantarillado. Es por ello que Hidralia, empresa que pertenece al grupo Veolia y que gestiona el servicio en el municipio, ha querido aprovechar el Día del Saneamiento, que se celebra cada 19 de noviembre, para llamar la atención sobre una situación que se agrava por año.
El monstruo, apodo que se ha ganado por el aspecto de la acumulación de toallitas en las redes, sigue creciendo debido a la costumbre de desecharlas por el inodoro, a pesar de que no se descomponen con la rapidez suficiente en la red de saneamiento.
Las fibras plásticas y la mezcla de polímeros que contienen las toallitas hacen que permanezcan enteras y formen los llamados fatbergs, tapones de este material enrollados con grasa y otros residuos (como es el caso de bastoncillos o productos de higiene personal).
Al unirse en las conducciones y no disolverse provocan atascos y averías en bombas, estaciones de bombeo y estaciones depuradoras (EDAR) teniendo un impacto económico directo. Hay ciudades que ya gastan millones de euros para limpiar y renovar infraestructuras de sus redes por culpa de las toallitas. En San Fernando el coste anual ya supera los 300.000 euros.
Aunque el problema es mayor ya que este tipo de residuos cuando se fragmenta lo hace en microplásticos que acaban en los ríos y en el mar, con consecuencias ambientales que cada vez son más visibles. Ya se han detectado acumulaciones de toallitas en diferentes espacios marinos y en ríos importantes para el desarrollo de Andalucía.
En el caso de San Fernando el entorno del Parque Natural de la Bahía de Cádiz se ve amenazado por las toallitas ya que es un residuo difícil de gestionar y que logra salirse del circuito de saneamiento precisamente por los atascos y averías que provoca.
Según un estudio realizado en Reino Unido, denominado Water UK, estos productos son responsables de hasta el 93% de los bloqueos en las estaciones de bombeo y depuradoras. Estas obstrucciones no solo generan costos millonarios en mantenimiento y reparaciones, sino que también pueden provocar inundaciones y desbordamientos en zonas urbanas, afectando la calidad de vida de los ciudadanos.
En busca de soluciones
Hidralia lleva años luchando contra el monstruo, con el objetivo de comenzar a revertir la situación que está provocando. Para ello realiza actuaciones encaminadas a mejorar su retirada, a concienciar a las personas (para evitar que se siga alimentando al monstruo) y a buscar alianzas y compromisos para la mejora de las infraestructuras y de la lucha contra este problema.
Entre las actuaciones para mejorar la retirada de este residuo se encuentra la apuesta por la innovación y el avance de la digitalización, para conocer la red, su funcionamiento (con un modelo de cálculo y simulación), tener monitorizados los elementos (sensorización y automatización) y disponer de algoritmos de predicción a corto plazo (sistemas de alerta temprana). Todo ello permite que Hidralia pueda anticiparse a los sucesos y realizar una gestión más eficaz.
Por ejemplo, realizar una planificación óptima de trabajos de limpieza de las redes. Antes se hacían de manera periódica según tramos, pero ahora se pueden hacer según las necesidades de cada zona atendiendo a por ejemplo el nivel de riesgo por taponamientos.
La información que se obtiene en tiempo real permite saber si una canalización ha perdido capacidad para desaguar y evidenciar un problema de atasco. Además se cuenta con una inteligencia artificial que con el objetivo de optimizar los activos, los procesos, el mantenimiento y las inversiones, recoge los datos y lo extrapola haciendo un mapa de las necesidades de actuación.
En resumen; no solo se localizan antes posibles problemas de atascos por toallitas, sino que además se genera un modelo realístico de la red para anticipar el comportamiento del sistema mediante algoritmia avanzada e Inteligencia Artificial.
Por otro lado, Hidralia realiza a lo largo del año diferentes campañas para sensibilizar de la situación, ya que el problema sí que tiene una fácil solución, pues solo basta con tirar las toallitas a la papelera en vez del retrete.
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