San Fernando

La desolación de una barriada

  • El programa de la Junta para la rehabilitación de bloques en La Bazán continúa paralizado tras años de negociaciones 40% de paro en una zona residencial con más de 700 familias

Techos apuntalados, humedades, desconchones en las fachadas... es el lamentable aspecto que presentan los bloques de viviendas de la barriada Bazán tras años litigando con la administración autonómica por una reforma que no acaba de materializarse.

Y es que, pese a todas las campañas políticas y proyectos puestos sobre la mesa para resolver el gran problema del barrio, la realidad es que "nunca ha existido consenso presupuestario ni convenio a firmar por las comunidades", afirma el presidente de la asociación de vecinos, Fernando Pérez.

Nos remontamos al año 2009. Entonces se procedió al análisis, por parte de la Junta de Andalucía, del estado en que se encontraban los cuarenta y cinco bloques que conviven sobre el manchón de las anclas. Aunque la Oficina de Rehabilitación Singular -encargada de la supervisión del proceso- determinó en un primer momento que éstas no presentaban deficiencias graves y que, por tanto, la intervención se reduciría al arreglo de fachadas, cubiertas y zonas comunes, lo cierto es que el problema afectaba también a la estructura interna del inmueble.

Posteriormente se supo que la Empresa Pública de Suelo de Andalucía -ente designado por la Consejería de Vivienda y Ordenación del Territorio para la gestión de el programa de Rehabilitación de Edificios en el ámbito de la barriada- había librado un presupuesto de 74.611, 18 euros, necesario para costear las actuaciones contempladas en el proyecto de reforma estructural de estos bloques. Asimismo se informó de que los vecinos habían conseguido una subvención del 95% para los trabajos destinados a las zonas comunes -esto es, impermeabilización de cubiertas, saneado de fachadas, renovación de instalaciones comunes y eliminación de barreras arquitectónicas- y del 75% para los problemas en la estructura. Incluso se habló de un acuerdo autonómico con una entidad bancaria que se encargaría de financiar el porcentaje restante. Todo tan negociado como lejos de materializarse en actuaciones reales.

En 2011 se confirmó la paralización de cualquier tipo de intervención por parte de la Junta al no disponer de fondos para invertir en una reforma de naturaleza estructural, ni estar dispuesta a poner en marcha otras de menor envergadura dado el estado interno de las viviendas afectadas.

Hoy por hoy sólo algunos vecinos han acometido ciertas obras de urgencia en sus portales, pero siempre costeadas con fondos de la propia comunidad. "Aún no hemos visto un euro por parte de la Administración autonómica", afirman con indignación. En estos casos, la suma asciende a una cantidad que bascula entre los 10.000 y los 12.000 euros, inasumibles para muchos de los miembros de una barriada donde el 40% de los residentes está parado y el resto son pensionistas. El escaso poder adquisitivo de varias familias ha llevado a tomar algunas medidas de caracter temporal, como el apuntalamiento de varias zonas con peligro de desprendimiento que aún continúan pendientes de una solución a largo plazo.

De haberse hecho efectivas las ayudas de la Junta no sólo se habría resuelto ya el principal problema de esta barriada sino que, posiblemente, la alarmante cifra de paro que asuela a sus residentes se hubiese visto sofocada ante un acuerdo barajado por el PSOE, según el cual, un 20% del personal contratado para la obra de rehabilitación estaría conformado por trabajadores del propio barrio.

Mientras tanto no son pocas las iniciativas que la asociación ha puesto en marcha a objeto de contrarrestar los efectos del desempleo, y que incluyen pequeñas ayudas económicas a cambio de la realización de labores de mantenimiento y otras como el cobro de recibos. Son cifras simbólicas con las que algunos residentes de La Bazán llegan a alimentar a sus familias durante una semana completa. Otro de los proyectos pasa por iniciar un ciclo de cursos que serían impartidos por vecinos con conocimientos informáticos o de costura, entre otros. Será una realidad cuando el Consistorio ceda los locales necesarios para tales funciones.

El estado de los servicios públicos no es más alentador. Algo han mejorado los problemas en la red interna de alcantarillado, que, tras las inundaciones sufridas durante años en muchos de los patios, vio resuelta la fase competente a las aguas pluviales durante 2011. Esta obra fue posible gracias al millón y medio de euros destinados por la Corporación Municipal a medidas de desarrollo urgente sobre algunas barriadas isleñas. En el caso de Bazán, la actuación consistió en instalar un colector de pluviales presupuestado en 474.990 euros que resolvió parte de los problemas ocasionados por las fuertes precipitaciones. Las aguas fecales, aún pendientes de una más que necesaria intervención, continúan creando dificultades al punto de provocar hasta cuatro o cinco atascos por día que, todo sea dicho, los servicios municipales se encargan pronto de solventar.

Tampoco se concluyó la renovación de la solería circundante a los cuatro bloques pegados a la carretera, salvo en el primero de ellos. Ni se resolvieron las deficiencias observadas en el asfalto de los patios. Al parecer, el hormigón continúa deshaciéndose y los vecinos se ven obligados a barrer la grava, que salta con el tránsito de los coches.

Todos estos problemas hacen cada día mella en los ánimos de una barriada que cuenta ya con más de cincuenta años de historia. Fue construida en el periodo de auge de la factoría naval Bazán para acoger a los empleados de su plantilla. A los operarios navales que continúan hoy en activo se suma una larga lista de jubilados procedentes de esta industria que tanto contribuyó al crecimiento económico isleño durante otra época. Sin olvidar la gran avalancha de personas jóvenes que se han visto obligadas a regresar a casa de sus padres tras el estallido de la crisis en 2007.

El panorama no es nada alentador para estos colectivos que, no obstante, continúan inmersos en una búsqueda incansable de posibles soluciones para una más que necesaria renovación.

El buen diálogo mantenido con el actual gobierno municipal, así como con el nuevo delegado territorial de Fomento y Vivienda, Manuel Cárdenas, deja abierta una puerta sobre la que los vecinos focalizan ahora todos sus esfuerzos. Y, si algo tienen claro, es el rechazo hacia aquéllos que los han hecho sentirse engañados. "Estamos hartos de que nos vendan humo. No nos interesa participar en ninguna confrontación ideológica sino trabajar en soluciones reales para este problema que ataña a todo un barrio", indica el presidente de la asociación vecinal tras una interminable lista de reuniones con políticos locales que a día de hoy no han trascendido del papel o las charlas de un despacho.

"Queremos soluciones a corto o medio plazo, por fases, abiertas al diálogo de ambos frentes. Pero, ante todo, queremos sinceridad por parte de los cargos públicos", finalizan.

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