Limpieza de la barriada olmo Continúan las protestas

El curioso caso de las pancartas desaparecidas

  • Los vecinos denuncian el robo de sus carteles de protesta

Ahora están. Ahora no. Ahora las quitan. Ahora las ponen. Y ahora, desaparecen. ¿Magia?. No, robo. Pesaban demasiado. El viento de levante no se las ha podido llevar. Los vecinos de la barriada Olmo, explicaban ellos mismos ayer, habían vuelto a colocar sus pancartas de protesta tras una reunión con la agrupación local socialista el jueves. Cuatro pancartas, cuatro carteles con cuatro mensajes claros al alcalde, Manuel de Bernardo, pidiéndole que cumpla su promesa, la de limpiar la zona.

A juicio del colectivo, no se está haciendo, no al menos con la rapidez y efectividad necesaria. El Ayuntamiento había asumido la tarea -la que es suya- de podar los árboles y arreglar en la medida de lo posible el solar, pero, a pesar de ello, los vecinos consideran que no es suficiente. La Junta también había asumido su parte de responsabilidad, en la mejora del alcantarillado, a instancias del propio Ayuntamiento, tal como apuntaba ayer la delegada de Desarrollo Sostenible, Rosario Álvarez.

Pero, incluso este gesto sigue sin ser suficiente para los afectados quienes, mediante un comunicado insistían en su mal estado. "Estamos totalmente abandonados, llenos de orines, ratas y mosquitos y tememos por la salud de nuestros niños", denunciaban. Por su parte, Álvarez insistía: "Tengo los partes de cada día de trabajo, de lo que los técnicos municipales han estado realizando e incluso fotografías".

Y en medio de este diálogo de sordos, una realidad. Los cuatro carteles. Se colocaron el mismo jueves. Y el sábado por la mañana ya no estaban. "Las pancartas han sido retiradas, no sabemos por quién", rezaba también el documento. "Tuvo que ser en la tarde o en la noche del viernes", comentaban de viva voz los afectados. Todo un misterio, sin duda. El curioso caso de la desaparición de las pancartas.

Aunque volverán a aparecer. No éstas -a no ser que el ladrón se arrepienta, cosa poco probable-, sino otras nuevas, con el mismo mensaje, válido para unos, indignante para otros, de eso tampoco cabe duda. Ya se están poniendo a ello, incidían desde el grupo de vecinos, cuyo caso escribe a través de estas líneas su último capítulo. En pocos días las volverán a colocar, aunque, a este paso, tendrán que colocarles una alarma.

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