El conflicto laboral que amenaza con dejar en la calle al grueso de la plantilla de trabajadores de la residencia de la Cruz Roja afronta una semana decisiva. El próximo día 10 finaliza el plazo de consulta del Expediente de Regulación de Empleo presentado por la empresa hace casi un mes, lo que apura los tiempos para alcanzar un acuerdo y evitar el cierre del centro o la drástica reducción de su actividad.

Antes, mañana miércoles, está previsto un nuevo encuentro entre las partes en el que se espera alcanzar un solución que mantenga en activo la emblemática residencia de La Magdalena, que lleva casi 30 años abierta, y que respete los puestos de trabajo de sus empleados.

La plantilla confía en que la ardua negociación entablada con Cruz Roja dé finalmente sus frutos a pesar de que, hasta el momento, no haya sido posible alcanzar un acuerdo que implique la retirada del ERE y el compromiso de mantener abierto el centro asistencial de mayores (se prevé también reducir su actividad a tan sólo 25 camas, lo que implicaría el traslado de numerosos ancianos a otras residencias del entorno).

Hasta el momento, el comité de empresa ha rechazado la propuesta que Cruz Roja ha puesto sobre la mesa para retirar el ERE, que pasa por la reducción de costes hasta 200.000 euros, lo que supone una media de 300 euros por trabajador.

La plantilla, no obstante, no descarta esta opción de rebajar su sueldo a cambio de mantener abierta la residencia y respetar los puestos de trabajo. Eso sí, considera que los 200.000 euros es una cifra excesiva para los reducidos salarios de la mayoría del personal que trabaja en la residencia. Su propuesta pasa por recortar hasta 100.000 euros. Una opción que, sin embargo, no acepta la empresa.

Ayer, el comité de empresa volvió a reunirse para preparar las propuestas que llevará a la reunión de mañana. Confía en que la solución sea definitiva.

Los trabajadores, por otro lado, han mostrado su satisfacción ante la respuesta social conseguida con la manifestación que en la tarde del pasado viernes recorrió la ciudad. Su efecto -consideran- ha venido a confirmar el amplio rechazo social que suscitan los planes de Cruz Roja. Esperan también que el amplio respaldo político sea decisivo en esta etapa decisiva de la negociación.