La tarde llegaba y los más rezagados en las compras de Navidad veían cómo el tiempo se les echaba encima para encontrar aquel regalo, grande, o simple detalle, que habían ido dejado para última hora. Incluso quienes durante la semana el trabajo les había impedido acudir a las tiendas en busca de los presentes que darán a sus familiares hoy, día de Reyes, no dejaron pasar la oportunidad de quedar bien con los suyos. En su mayoría no se trata de regalos para los pequeños de la casa, juguetes de los que a estas alturas ya no quedan existencias.

Desde temprano los comercios estaban repletos de personas dispuestas a adquirir el género que aún quedaba. Bahía Sur, a rebosar en los últimos días, no se salía de la tónica dominante durante las fiestas y llenaba sus pasillos.

En el centro y en el San Fernando Plaza también se notaba la necesidad de muchas personas por comprar aquello que todavía no habían encontrado, ese objeto que se había cruzado por su mente en el último instante, o cualquier cosa que pudiera agradar a la persona obsequiada. Estos clientes servían para redondear en cierta forma las cuentas de las últimas semanas, que para el centro de ocio y los comerciantes del centro no habían cumplido las expectativas.

Cuando la cabalgata comenzaba su recorrido algunos isleños todavían apuraban esa tarea que a muchos ha traido de cabeza. Que por fin ya se termina y que volverá el año que viene por Navidad.